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lunes, 26 de mayo de 2025

SANTIAGO PÉREZ EN LAS ESTAMPILLAS DE CORREO NACIONAL

 

1ra y 2da. Emisión Jefes de Estado
Santiago Pérez Manosalba
23 mayo 1830 Zipaquirá (Cund.)
5 agosto 1900 París 

El pasado 23 de mayo, se cumplieron 195 años del natalicio del zipaquireño Santiago Pérez Manosalba, quien alcanzó el solio de Bolívar y lo ejerció entre 1874 y 1876. En diferentes ocasiones desde el Centro de Historia de Zipaquirá hemos rendido homenaje y exaltado la vida y obra de Don Santiago Pérez; en esta oportunidad, recordaremos al Presidente de los Estados Unidos de Colombia, oriundo de Zipaquirá y su presencia en las estampillas del correo nacional.

En 1981 la Administración Postal Nacional (ADPOSTAL), dio inicio a una serie de emisiones destinada a exaltar los Jefes de Estado de la República de Colombia, es así como mediante la Resolución No. 0611 del 5 de marzo de 1981 se dispuso la puesta en circulación de 18.000.000 de estampillas divididas en diez motivos diferentes (Jefes de Estado de Colombia), con valor facial de $ 5.00 pesos para correo nacional. El contrato de impresión estuvo a cargo de Carvajal S.A.. (Adpostal. Boletín Informativo, 1981).

1ra Emisión Jefes de Estado 
9 de junio de 1981.
(Archivo Centro de Historia de Zipaquirá)

Los Jefes de Estado de Colombia, escogidos para hacer parte de esta primera emisión fueron: José María Obando, José Hilario López, Manuel Murillo Toro, Santiago Pérez, Rafael Reyes, Carlos E. Restrepo, José Vicente Concha, Miguel Abadía Méndez, Eduardo Santos y Mariano Ospina Rodríguez. 

Igualmente se dispuso la puesta en circulación de 13.500 sobres de primer día por valor de $ 95.oo el juego de 3 sobres con la serie completa.

Sobre de primer día. 1ra Emisión Jefes de Estado 
9 de junio de 1981 
(Archivo Centro de Historia de Zipaquirá)


Las estampillas de la serie Jefes de Estado, circularon por primera vez el 9 de junio de 1981.

Curiosamente dos meses después, ADPOSTAL, puso en circulación otra emisión correspondiente a la serie Jefes de Estado, utilizando las efigies de los diez mandatarios que habían sido escogidos para la primera serie, pero en esta ocasión el valor facial de las estampillas fue de $ 7.00 y no hubo sobres de primer día de circulación, algo no muy usual o prácticamente inédito en el escenario de las emisiones filatélicas en Colombia.

2da. Emisión por valor de $ 7.00 
11 agosto de 1981
(Archivo Centro de Historia de Zipaquirá)

Es estas dos emisiones de estampillas para el servicio de correo en Colombia, donde aparece la imagen de Don Santiago Pérez Manosalba. El diseño de la estampilla hizo uso del retrato oficial como Presidente de la República de Santiago Pérez, el cual hace parte de la colección del Museo Nacional de Colombia.


domingo, 18 de mayo de 2025

ZIPAQUIRÁ VISTA POR MANUEL ANCIZAR A MEDIADOS DEL SIGLO XIX

 

Don Manuel Ancizar
1811 - 1882 

Manuel Ancizar, reconocido intelectual colombiano del siglo XIX, hizo parte de la Comisión Corográfica – empresa cultural que se encargó, entre otros, de levantar el mapa general de la República y sus provincias -, por lo que en enero de 1850 como secretario de Agustín Codazzi, inicia un recorrido por las provincias del norte de la República de la Nueva Granada – como se denominaba nuestro país en aquel entonces -. Producto de dicho viaje, publicará hacia 1853 una obra denominada “Peregrinación de Alpha”, donde plasma de manera detallada las costumbres, aspectos sociales, datos históricos, económicos, físicos, en general un estudio etnográfico de las provincias recorridas a mediados del siglo XIX.

En la parte inicial de su obra Ancizar se referirá a Zipaquirá, relato que compartimos a continuación: 

PEREGRINACIÓN DE ALPHA

“La entrada de Zipaquirá es bella y pintoresca por un trecho de camino recto sombreado de sauces y mejorado con buenos puentes sobre las quebradas y el riachuelo, obra debida a la pertinacia y actividad del corregidor español don Josef de Ancízar, vizcaíno de sanas intenciones, si bien un tanto militar en su modo de administrar el antiguo corregimiento. La importancia de Zipaquirá depende de sus ricas minas de sal gema y carbón y de la gran fábrica de elaboración del primer artículo perteneciente al gobierno, copiosa fuente de ingresos para el tesoro nacional. Con todo, al recorrer las calles de la ciudad, al notar sus edificios anticuados y la muchedumbre de mujeres harapientas que concurren a las cercanías de la fabrica de sal a raspar los tiestos desechados, y recoger pacientemente las partículas de sal arrojadas con las basuras, no puede menos de preguntarse: “¿Zipaquirá es lo que debiera ser, vistas su aventajada posición y la riqueza no común de sus terrenos cultivables?”. De ninguna manera. Semejante a una precisa joya descuidada y empolvada, la ciudad querida de los zipas, solo necesita que sus vecinos la sepan apreciar y cuidar como ella merece, para convertirse en el lugar más lindo y alegre de la planicie. Fuertemente impregnados de sal los terrenos vecinos, guardan en su seno una fertilidad inagotable, hasta ahora desaprovechada. Todo la revela: el verdor y la lozanía de los campos, el fresco follaje de los árboles, el lujo de los arbustos y aun el tamaño extraordinario y vivísimo colorido de las flores innumerables que en vano ostentan su nativa magnificencia, pues no encuentran una mano agradecida que las reduzca al cuidado de un jardín; ingratitud tanto más notable, cuanto el amable, ingenuo carácter de las damas zipaquireñas y su vivir recogido parecen destinarlas a mantener íntimas relaciones con las representantes de la belleza en el mundo físico, las flores, santuario brillante y delicado en que la naturaleza ha colocado sus callados misterios de amor, como un reflejo de los ricos tesoros de afecto y modestia guardados en el alma de la mujer. Sin embargo, las flores permanecen desdeñadas por sus legítimas tutoras, así como los campos vecinos esperan todavía el genio diligente que haga valer su fecundidad.

Zipaquirá en 1858
Ilustración de la Comisión Corográfica

Pero ¿qué mucho que así vayan las cosas en orden a lo material, cuando en lo intelectual tiene que lamentar el patriota la ausencia de una simple escuela primaria? Fincan su empeño los zipaquireños en añadir lentamente piedra a piedra en la fábrica de una iglesia colosal, esponja que embebe inútilmente dineros que empleados en fundar escuelas y mejorar caminos, mantendrían hoy próspera y floreciente la ciudad, en vez de hallarse reducida a la condición de un apéndice inerte de la salina y un humilde contraste de la interminable iglesia. ¡Genio español, cuán adverso eres al verdadero y sólido progreso social¡

Perdónenme los zipaquireños el sermón. En aquella ciudad pasé mi infancia: allí tengo recuerdos queridos e imperecederos, y no puedo mirar con indiferencia la situación decaída y el inmerecido abandono del antiguo Edén de los chibchas”.  Ancizar, Manuel (1970). Peregrinación de Alpha. Bogotá. Biblioteca Banco Popular – volumen 7. (pág. 26 – 28).  

Gente de Zipaquirá 1845
Tomada de: Acuarelas de Mark
Colombia 1843 - 1856


sábado, 20 de julio de 2024

LEY 60 DE 1873 SOBRE LA CELEBRACIÓN DEL ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL

Emisión filatélica año 2009
Grupo Bicentenario 
Reyerta del 20 de julio de 1810 

Durante el segundo gobierno de Manuel Murillo Toro (1872 – 1874), se declarará el 20 de julio como día festivo con ocasión de la proclamación de la independencia nacional en 1810, dicha declaratoria se efectuó a través de la Ley 60 del 8 de mayo de 1873, expedida por el Congreso de los Estados Unidos de Colombia (nombre que ostentaba la actual República de Colombia desde la expedición del Pacto de Unión en 1861 y ratificado en la Constitución de 1863 y el cual llevó hasta el año 1886).

 

LEY 60 DE 1873

(Mayo 08) 

Sobre la celebración del aniversario de la independencia nacional

 

El Congreso de los Estados Unidos de Colombia

Decreta: 

Art. 1°. Declárase día festivo para la República el 20 de julio, como aniversario de la proclamación de la Independencia nacional en 1810.


Art. 2°. Señálase la suma de dos mil pesos anuales para la celebración de esta fecha patriótica.


       Dada en Bogotá, a ocho de mayo de mil ochocientos setenta i tres.


       El Presidente del Senado de Plenipotenciarios, Eujenio Baena.

       El Presidente de la Cámara de Representantes, J.M. Maldonado Neira.

       El Secretario del Senado de Plenipotenciarios, Julio E. Pérez.

       El Secretario de la Cámara de Representantes, José María Quijano Otero.

       Bogotá, 8 de mayo de 1873.

       Publíquese i ejecútese.

       El Presidente de la Unión,

       (L.S.) M. Murillo.

       El Secretario de lo interior i Relaciones Esteriores, Jil Colunje. (Diario Oficial, año IX, No. 2854).  Se conserva la ortografía original. 


Hoja filatélica año 2016
emisión conmemorativa del 
bicentenario del natalicio de Manuel Murillo Toro


 

jueves, 28 de marzo de 2024

1874 - RICARDO HINESTROSA DAZA - 2024

 


Emisión filatélica del año 2003, en homenaje 
a la Universidad Externado de Colombia en sus 117 años.
Arriba a la derecha, se ubicaron los retratos de quienes
habían ejercido la rectoría hasta dicha fecha, entre ellos 
el Doctor Ricardo Hinestrosa Daza, ubicado en tercer lugar.  

SESQUICENTENARIO DE SU NATALICIO

 

El 29 de marzo de 1874, nació en Zipaquirá (Cund.), uno de los más destacados juristas y educadores del país, el Doctor Ricardo Hinestrosa Daza.


Con ocasión de cumplirse el sesquicentenario de su natalicio, el Centro de Historia de Zipaquirá quiere rendir a través de este medio, un sencillo pero merecido homenaje a este ilustre zipaquireño.


Ricardo Hinestrosa Daza, se doctoró en derecho en el año 1892 en el Externado de Colombia. Participó activamente en la Guerra de los Mil Días en donde alcanzó el rango de Coronel del Ejército Revolucionario Liberal.


Ya avanzado el siglo XX, se desempeñó en el sector público en cargos como: Magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, Secretario del Ministerio del Tesoro, Magistrado de la Corte Suprema de Justicia - Corporación en la cual ocupó la Presidencia en el año 1936 -.


Pero quizás su faceta más reconocida fue la que desempeñó como Rector de la Universidad Externado de Colombia, entre los años 1933 a 1963.


En la página en internet de esta reconocida Universidad, se encuentra un artículo titulado “El Coronel que se convirtió en maestro (1933 – 1963), en donde se comenta respecto a la labor de Hinestrosa Daza como educador y rector que:


“Señalado por su antecesor Diego Mendoza en su lecho de muerte para sucederlo en la rectoría del Externado, el abogado externadista Ricardo Hinestrosa asumió el cargo tras su designación por parte del consejo directivo de la Universidad, con un valioso bagaje de defensa de las libertades y de ejercicio del Derecho dentro de criterios democráticos y de justicia social”.


Agrega el escrito que: “El antiguo Coronel de la Guerra de los Mil días, que entendió que su vida no tendría sentido si primero no se ganaba la libertad, fue un humanista integral, que reconocía la cultura como el rasgo que nos hace verdaderamente humanos, pues nos permite interpretar la realidad más allá de las expresiones primarias. Así, al equiparar lo bueno y lo justo con lo bello, hizo de su cátedra un ámbito de conocimiento universal”. (https://www.uexternado.edu.co/la-universidad/coronel-se-convirtio-maestro-1933-1963/).


Ricardo Hinestrosa Daza, hizo parte del grupo de juristas que fundaron la Academia Colombiana de Jurisprudencia, ocupando su Presidencia entre los años 1927 y 1928.


Dentro de las imágenes escogidas para esta nota, tenemos como se evidencia a continuación, los números 116 y 117 correspondientes a junio y julio de 1928 de la Revista de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, para la época en que el Doctor Hinestrosa Daza se desempeñaba como Presidente y en donde aparece su discurso de contestación como Presidente de la entidad con ocasión de la posesión del Miembro de Número Luis Felipe Latorre U.


Revista de la Academia Colombiana de Jurisprudencia 
del año 1928 durante la Presidencia de Ricardo Hinestrosa Daza. 
En la página 469 del contenido aparece un escrito del Doctor Hinestrosa

Del anterior discurso, se resalta el siguiente aparte pronunciado por el Doctor Hinestrosa Daza:


“Quien se dedica con vocación y amor, - sin los cuales nada se logra que embellezca y dignifique una vida, - al estudio del Derecho y al ejercicio de la abogacía o a la misión de administrar justicia, noble si las hay, ha de resignarse a vivirla angustiosamente, asaltado con cruel constancia por el dolor de la perplejidad, desvelado en la búsqueda del sentido cierto y de la solución precisa, poseído del sagrado temor de equivocarse, que siempre está vigilando alerta en la conciencia del hombre de bien”. (pág. 471).


Su municipio natal, le ha ofrendado varios homenajes, entre ellos, un monumento (busto) y la designación del espacio en donde fue ubicado como: “Parque Hinestrosa Daza”, situado en el sector también conocido como Terraplén del Barrio La Concepción. 

miércoles, 13 de diciembre de 2023

1823 - 13 DICIEMBRE - 2023 BICENTENARIO FALLECIMIENTO DE DON ANTONIO NARIÑO - PRECURSOR DE LA INDEPENDENCIA Y PADRE DE CUNDINAMARCA

 


Busto de Don Antonio Nariño, ubicado en el patio de

la Casa de la Cultura “Arturo Wagner” de Zipaquirá,

 desde diciembre de 1973.


La placa fijada en su pedestal reza así:


LA GOBERNACION DE CUNDINAMARCA

A

DON ANTONIO NARIÑO

 

ZIPAQUIRA DIC 13 -1973

  

Desde el Centro de Historia de Zipaquirá, iniciamos los homenajes al Precursor de la Independencia y Padre de Cundinamarca Don Antonio Nariño, con ocasión del Bicentenario de su fallecimiento, compartiendo el discurso que pronunció el Doctor Roberto Velandia Rodríguez, en la inauguración del busto de Nariño en la Casa de la Cultura "Arturo Wagner" de Zipaquirá, donado por la Gobernación de Cundinamarca gracias a la gestión de la Academia de Historia de Cundinamarca y en el marco de los homenajes a Antonio Nariño en el sesquicentenario de su fallecimiento (1973). 

DON ANTONIO NARIÑO 

Llega hoy a esta ilustre casa, erigida en arca de recuerdos traídos de la entraña misma de la historia, la efigie en bronce de Don Antonio Nariño, y encarnada en ella su presencia fulgurante, cubierta de una aureola de glorias, acrecentada por siglo y medio de perdurabilidad en el tiempo, pedestal desde el que su figura se proyecta como símbolo que por siempre presidirá los destinos de la patria. 

En esta hora de gloriosa evocación de un hombre que fue alma de la libertad y de la patria, viene a nuestra conciencia, palpitante de emoción patriótica, la memoria del criollo de 1794 que hizo trepidar con la traducción de los Derechos del Hombre un poderoso imperio en cuyos dominios no se ocultaba el sol; del gran periodista y orador de 1811 que con su pluma y su voz implantó un gobierno propio; del gran cundinamarqués que el 17 de abril de 1812 erigía el país chibcha, panche, colima y pijao en la República de Cundinamarca, simbolizada en el escudo y bandera que él mismo diseñó y el 16 de julio de 1813 declaraba Estado soberano, libre e independiente; la memoria del gran estadista y político que inculcaba con vibrante emoción de caudillo las ideas filosófico-políticas de los enciclopedistas franceses y trazaba los lineamientos constitucionales de una nación que entonces debía estructurarse sobre principios centralistas; del militar ya probado en los campos de batalla, que investido del título de Teniente General a la cabeza de una ejército cundinamarqués marchaba a la liberación de las provincias del Sur, inflamaba su alma, soñadora y romántica, que lo hacía sentir predestinado Libertador.

Estas son elementales y muy conocidas razones que enseñan a venerar su memoria, y que traemos aprendidas como lección en el breviario del patriotismo, y al penetrar en su amplio contenido nos apasionan con su impresionante gesto y recorrido por los caminos de gesta de la Libertad, ayer señalados por sangre de mártires y héroes, hoy por bronces y mármoles que la historia, cual eterno escultor de los inmortal convierte en perdurable pedestal.

Por eso la historia sólo señala los días esterales, no cuenta años ni meses, sino fechas que son estrellas del firmamento del pasado, cuya luz, igual que las del espacio sideral, se proyectan milenios aún después de extinguidas.

A través de la historia patria, del proceso de integración política de la nación, se le ha dado a la batalla de Boyacá, el título de cuna de la República y a las armas los honores del heroísmo, que bien sea así porque la victoria de las armas, si éstas brillaron bajo la bandera de la libertad, es el triunfo de la dignidad humana; si bajo la tiranía, es entonces el imperio del despotismo. Pero no se le ha dado la victoria a las ideas que encendieron la llama de la libertad en el alma de los pueblos; por eso conocemos más la vida de los guerreros que la de los ideólogos y legisladores y más culto le rendimos al héroe de un combate que al héroe de la pluma.

Antonio Nariño, héroe derrotado como guerrero, fue y sigue siendo héroe invencible como ideólogo, pues sus ideas son de permanente vigencia en la conciencia y destino de las naciones, ideas que fueron su obsesión profunda y le hicieron soportar crueles padecimientos. Acaso hay otro que en ciento cincuenta años haya podido probar y decir: “Amé a mi patria; cuánto fue ese amor, lo dirá algún día la historia”. ¿Acaso alguien padeció veinte años de presidio por su causa, en los calabozos de Santafé a Cartagena, de Pasto a Guayaquil, y desde aquí en mazmorras de buques de guerra dando la vuelta a América hasta caer en las tétricas bóvedas de Cádiz? Nariño conjugó la filosofía de la libertad con el sentimiento de patria; unas veces fue su defensor con las armas y otras con la palabra; como él nadie tuvo tanta conciencia y razón.

Aquella travesía por los presidios españoles bastaría para reclamar puesto en la inmortalidad; esta verdad fue la que deslumbró y calló a aquel congreso acusador de 1823 cual rayo que en segundos vence la oscuridad de la tormenta. ¿Si hoy día, por una causa política, legítima o ilegítima, setenta y dos horas de arresto en una elegante celda judicial, con radio y televisión, teléfono, buenas viandas, cigarrillos, médico de cabecera, dan derecho para erigir en caudillo a un agitador, qué derechos pueden dar veinte años de presidio y torturas por la Libertad? Hacia exámenes analíticos de esa índole yo invitaría a las nuevas generaciones que quieren desconocer los valores eternos de la patria, que confunden la noción de libertad creadora con la idea de una libertad destructora.

En la vida de Antonio Nariño se sintetiza y recoge la historia de Colombia, está contenido el proceso intelectual e ideológico de la República, diría su dimensión espiritual. Por eso nos asombra su vida a medida que nos adentramos en su conocimiento y brota de los anales patrios cual subyugante enseñanza de apostolado y fe en los supremos ideales del hombre.

La libertad se gana y se pierde, y como es una llama que necesita combustible permanente, diariamente los pueblos deben estar cual centinelas al pie del altar donde ella arde, atizándola con la misma leña que la produjo y produce, pues de lo contrario se apagará, y convertida en carbones será tizne en el rostro y una mancha que avergüenza. La leña que atiza la llama de la libertad es la historia, en cuyos estrados la humanidad espera el juicio final y la reivindicación de su existencia.

Antonio Nariño es la Libertad. Hoy, mañana y pasado mañana, se le erigen tres bustos de bronce en Cundinamarca: en Chocontá, ciudad que lo vio pasar unas veces derrotado por los federalistas de Tunja y otras victorioso; en La Mesa, por donde cruzó en septiembre de 1813 como Teniente General del Ejército de Cundinamarca en el momento más glorioso de su carrera; y hoy aquí en Zipaquirá, ciudad que tiene entre sus títulos el de nariñista porque le dio irrestricto apoyo, recursos rentísticos y hombres para sus filas, fue reducto de los libros de la biblioteca de don Pedro Fermín de Vargas en los que el Precursor fortaleció su filosofía de la libertad, y finalmente guardó por diez años sus cenizas trashumantes, de 1849 a 1859.

Esta casa, recinto en cuyas paredes resuena el eco de la historia, y se engrandece el sentimiento y la idea de la cundinamarquesidad, será custodio de su presencia de bronce, relicario de su memoria, fortaleza de sus ideales. Y más que un vivo recuerdo, será llama en la que encarnan el patriotismo, la conciencia de la nacionalidad, la libertad, la fe en Cundinamarca, en aquel Cundinamarca que él forjó, otros dejaron claudicar y nosotros hoy debemos reconstruir devolviéndole honor y dignidad como Departamento autónomo, así sea apenas un reflejo de lo que fue en 1811 y 1813 y 1857, porque la dignidad política de las provincias y de los pueblos se funda en un fuero de libertad.

En homenaje a su memoria, en testimonio de fidelidad a su pensamiento vivo, prometemos hoy que Cundinamarca será siempre guardián y pedestal de su gloria y orgullosa encarnación de su nombre. 

ROBERTO VELANDIA RODRÍGUEZ 

Academia de Historia de Cundinamarca 

(Tomado de: Boletín de la Academia de Historia de Cundinamarca. Volumen II. Número 4. 1974. Pp. 32 – 34).


domingo, 10 de diciembre de 2023

BICENTENARIO FALLECIMIENTO ANTONIO NARIÑO 1823 - 2023 / FORO EN VILLA DE LEYVA 2 DE DICIEMBRE

 

CASA MUSEO ANTONIO NARIÑO 
VILLA DE LEYVA (BOYACÁ)


El pasado sábado 2 de diciembre, se llevó a cabo en la Casa Museo Antonio Nariño (última morada del Precursor de la Independencia), en Villa de Leyva, un foro en homenaje a Don Antonio Nariño con ocasión del Bicentenario de su fallecimiento que se conmemorará el 13 de diciembre de 2023.




La actividad académica estuvo liderada por el Doctor Luis Bernardo Díaz Gamboa, reconocido defensor y promotor de los derechos humanos y quien actualmente ejerce como Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia – UPTC – en Tunja (Boyacá).


En el marco del Foro en homenaje a Don Antonio Nariño 
La Academia de Historia de Cundinamarca, hizo entrega de una
mención al Dr. Luis Bernardo Díaz Gamboa por su destacada labor
en la promoción del pensamiento de Don Antonio Nariño 
y la defensa de los derechos humanos.  

La Academia de Historia de Cundinamarca y el Centro de Historia de Zipaquirá se hicieron presentes en el foro, con la participación de su Presidente Don Ernesto Campos García, quien hizo la presentación del libro: “Antonio Nariño – Pensamiento Político y Constitucional”.

Intervención de la Dra. Nelly Sol Gómez de Ocampo
Académica de Número - Academia Boyacense de Historia

Igualmente participaron, integrantes de la Academia Boyacense de Historia en cabeza de su Presidente Don Javier Ocampo López y sectores académicos afines a la difusión y promoción del pensamiento de don Antonio Nariño.


Académicos de Boyacá y Cundinamarca quienes participaron 
en el Foro. 

Entrega de reconocimiento a la Casa Museo Antonio Nariño 
por parte de la Academia de Historia de Cundinamarca.

Intervención del Dr. Javier Ocampo López
Presidente Academia Boyacense de Historia 

Intervención de la Académica Rósula Vargas de Castañeda
Académica de Número Academia Boyacense de Historia





viernes, 17 de marzo de 2023

MANUEL JOSÉ CÁRDENAS ROJAS - 114° ANIVERSARIO DE SU NATALICIO / PÁGINA LITERARIA DEL HONTANAR ZIPAQUIREÑO

 

MANUEL JOSÉ CÁRDENAS ROJAS

1909 – 17 MARZO – 2023

 

Fotografía tomada del periódico "El Factor"
edición del 17 de abril de 1932
contaba en ese entonces el Doctor Manuel José con 
23 años de edad y fungía como Personero Municipal de Zipaquirá


“Nunca aspiré a ser un personaje nacional. Fui apenas un vocero regional que obtuve el aumento de la participación para el municipio en la renta de salinas”.

Manuel José Cárdenas Rojas

1980

 

Con ocasión de conmemorarse el 114° aniversario del natalicio del Doctor Manuel José Cárdenas Rojas, zipaquireño, líder político de su ciudad natal y Cundinamarca desde los años treinta hasta la década de los ochenta en el siglo XX. Abogado con estudios de posgrado en Derecho Público, Concejal de Zipaquirá, Diputado de Cundinamarca, dos veces Representante a la Cámara por Cundinamarca y Presidente de esta Corporación. Fundador y Presidente de la Academia de Historia de Cundinamarca, Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de Historia, Miembro Honorario de la Sociedad Bolivariana de Colombia. Defensor de los derechos de Zipaquirá frente a la explotación salina desde los años treinta del siglo XX y destacado hombre de letras, compartimos hoy una página literaria tomada de su libro “Del Hontanar Zipaquireño”.


Libro contentivo de la obra poética 
de Manuel José Cárdenas Rojas
publicado en 1985 por la 
Academia de Historia de Cundinamarca 

  

ZIPAQUIRÁ HISTÓRICA

 

(En el Sesquicentenario de su erección en Villa)

 

 

CASTELLANA CIUDAD DE MIS AMORES,

QUE HILAS ENTRE LA RUECA DEL BELEÑO,

EL HUMO DE UN PRETÉRITO RISUEÑO

FORJADO POR EL INDIO EN TUS ALCORES.

  

CITA DE GLORIA CONVERTIDA EN FLORES,

DONDE FORJÓ LA LIBERTAD SU EMPEÑO,

QUE HIZO LA GLORIA Y SUMERGIÓ SU SUEÑO,

ENTRE EL TEMPLO DE SAL Y SUS DOLORES.

  

EL GRANADINO, EL GRAN ADELANTADO,

HIZO DE TUS ENTRAÑAS EL DORADO

Y EL ANDE INDIANO SE ACALLÓ EN TU PLAZA.

   

PORQUE EN NOBLE EVANGELIO PROCLAMASTE,

LA LIBERTAD DE AMÉRICA Y FORJASTE,

EL PAN MORENO Y DURO DE LA RAZA.

 

M.J.C.

   

MI PUEBLO

 

(Para la plenitud efusiva de JOSE ANTONIO VARGAS,

Anclado en el amor del paisaje nativo)

 

  

MI PUEBLO FUE UNA VEZ LECHO DE UN MAR

PEQUEÑITO, CON PECES DE COLORES,

CON CINTURÓN DE CERROS MIRADORES,

LÍMITE PARA EL DULCE NAVEGAR.

  

CUANDO SU FONDO PRINCIPIÓ A SECAR,

SE CAMBIARON LAS ALGAS POR LAS FLORES,

Y LOS PECES POR PÁJAROS CANTORES,

Y HUBO UN RINCÓN DE LUZ PARA SOÑAR.

  

ASÍ CREÓSE LA HAZAÑOSA VILLA

CON EDREDÓN DE NIEVES DE CASTILLA,

Y UN JOYEL DE MARMAJAS EN SU TRAJE.

  

SOBRE EL DOSEL DE SU BELLEZA RÚSTICA,

SU HISTORIA ES UN SILENCIO CON LA ACÚSTICA

QUE DA EL SONORO RÍO DE SU LINAJE.

 

M.J.C.

 

LA BASÍLICA DE LA SAL

 

HAY EN SUS ANCHAS NAVES UN SILENCIO QUE GRITA,

QUE SALE DE UN PASADO BORROSO Y MILENARIO,

DE DONDE SE LEVANTA DE UN SIMBÓLICO OSARIO,

LA ORACIÓN DONOSA DE LA RAZA PROSCRITA.

  

CON UN PLAFOND NIMBADO POR BLANCA ESTALACTITA,

CON PUNTAS DE MARMAJA DE FULGOR MILLONARIO,

CIEN MIL RUDOS MINEROS FORJARON UN SANTUARIO,

A SU MATRONA Y MADRE LA DULCE MORENITA.

  

HABLA LA FÉ Y LA HISTORIA, CON LA VOZ QUE RETUMBA,

EN LOS GRÁVIDOS LABIOS DE LA GRAN CATACUMBA,

DONDE EL ALMA MEDITA Y LA MENTE SE ASOMBRA.

  

Y AL FONDO ILUMINADA, LA ALTA CRUZ DEL CALVARIO,

POR LA LUZ DESLUMBRANTE DE UN FEERAL LAMPADARIO

LA GRAN SOMBRA DE CRISTO SE PROYECTA EN LA SOMBRA


M.J.C.