SESIÓN
CONJUNTA DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DE CUNDINAMARCA Y EL CENTRO DE HISTORIA DE
NEMOCÓN, CON OCASIÓN DEL SESQUICENTENARIO DEL NATALICIO DEL PINTOR Y ESCRITOR
NEMOCONENSE RICARDO MOROS URBINA.
RICARDO MOROS - AUTORETRATO -. |
El
sábado 7 de marzo, la Academia de Historia de Cundinamarca y el Centro de
Historia de Nemocón, adelantarán en dicho municipio, una sesión conjunta sobre las 10:00 de la
mañana, en la sede del Instituto Comercial Ruperto Aguilera León, con ocasión de
conmemorarse el próximo 27 de marzo, el
sesquicentenario del natalicio del pintor y escritor nemoconense Don Ricardo
Moros Urbina, el discurso de orden estará a cargo del Académico de Número y Ex
– Presidente del Centro de Historia de Nemocón Doctor Germán Caballero Herrera.
Ricardo
Moros Urbina, nació en el municipio de Nemocón el 27
de marzo de 1865, hijo de Sesáreo de Moros y Teresa Urbina, realizó sus
primeros estudios en el colegio que conducía en Nemocón don Ricardo
Carrasquilla, posteriormente se desplazó a la capital en donde continúo sus
estudios bajo la tutoría del maestro Carrasquilla.
Moros
Urbina es una de las figuras más representativas en el campo del dibujo y la
pintura de finales del siglo XIX y comienzos del XX en Colombia, parte de su
obra se encuentra condensada a partir del número 33 del papel periódico
ilustrado, publicación fundada y dirigida por don Alberto Urdaneta; igualmente
es uno de los cofundadores de la Academia Colombiana de Historia en el año de
1902.
Precisamente
en el número 99 del papel periódico ilustrado, publicado el 1 de septiembre de
1886, Ricardo Moros Urbina, escribió un
artículo titulado “Algo sobre Nemocón”,
el cual ilustró con un excelente dibujo que reproduce la esquina occidental de
la plaza de Nemocón, los siguientes son varios apartes del escrito sobre su
tierra natal:
“ALGO SOBRE NEMOCÓN. A trece leguas de la capital de la
República, y á tres de la ciudad de Zipaquirá
en la vía de la carretera que conduce al Estado de Boyacá, y llamada del
Noroeste, se halla Nemocón, pacífico y tranquilo rodeado de verdor por la
lozanía de sus campos y sembrados, y poseedor de las ricas minas de sal tanto
tiempo libremente explotadas por lo naturales.
“La población está
graciosamente situada al extremo noreste de la Sabana, en una pequeña ensenada
ó estrecho valle, que alegran y fertilizan dos riachuelos afluentes del Bogotá;
el viajero lo contempla á lo lejos pintoresca y risueña, medio oculta en un
ángulo de los empinados Andes, como si despreciara el espléndido horizonte que
le brinda la llanura, para recogerse melancólica en medio de dos hermosas
colinas, buscando la paz que le brinda la agreste soledad. Allí ostenta sus
casa blancas y agrupadas, semejando mullidas plumas, que contrastan con el
verde musgo y parecen un nido de palomas entre las rocas, ó una rosa caída de
la corona de una ninfa, y que vino á ser el oportuno adorno en un ángulo de la
inmensa alfombra de verdor.
“…(…)…
“Nemocón significa
lamento ó rugido del león; en este pueblo, como en casi todos los de origen
indígena, ya no se encuentra la raza pura sino mezclada, y apenar hay
individuos en quienes se hallen ó reconozcan algunos rasgos ó facciones propias
de los antiguos moradores; no conservan ninguna de sus antiguas tradiciones, y
lo mismo se puede decir en cuanto á sus costumbres.
Esquina occidental de la Plaza de Nemocón - Dibujo de Ricardo Moros Urbina Tomado del Papel Periódico Ilustrado No. 99 de 1 de septiembre de 1886. |
“…(…)…
“De los 6,000
habitantes con los que cuenta hoy Nemocón, una tercera parte vive del laboreo
de las minas de sal, de cal y carbón, y de su comercio; el resto, casi en su
totalidad, vive de la agricultura y cría de ganados, para la cual es de notarse
la excelencia de sus pastos.
“Las minas de sal
explotadas por el Gobierno, producen un término medio de 800,000 kilogramos al
año, que vienen á ser una renta anual de cerca de $ 100.000, como se verá por
lo que produjo en años pasados.
“…(…)…
“A más de sus minas,
posee este pueblo una buena iglesia recientemente construída, varios paseos
públicos, entre ellos el de la quinta y jardín de Aposentos, y las rocas de
Suesca, en el vecino pueblo de este nombre.
“Tiene también aguas
termales; y hacia su lado oriental suelen encontrarse algunas esmeraldas. Como
este pueblo ocupaba un gran puesto en la Nación Muisca como plaza comercial,
eran muchas las gentes que desde distintos y lejanos puntos acudían allí en consecución
de sal, que cambiaban por mantas de algodón, tejidos de plumas, algún oro y
esmeraldas.
Don Ricardo Moros Urbina. |
“…(…)…
“Pronto éste, como
tantos otros pueblos, saldrá de ese mortal letargo en que los ha sumido
nuestras odiosas guerras fratricidas, pues el nuevo sistema político nos brinda
un horizonte sereno y tranquilo para la sociedad, y de paz y progreso para toda
Colombia. Estemos seguros de que Nemocón es uno de los primeros en aprovecharse
de los beneficios de la paz, y que progresará por sus riquezas naturales y por
el carácter de sus moradores laboriosos y honrados.
“El grabado que aparece
en este número representa la esquina occidental de la plaza.
Ricardo Moros.
Bogotá, Marzo de
1886”. (Fin
del texto).
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