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domingo, 7 de octubre de 2018

CONFERENCIA SOBRE EL CAMINO REAL DE HONDA A SANTA FE

El Doctor Andrés Vela en su intervención ante la Academia de Historia de
Cundinamarca, el pasado 6 de octubre de 2018. 

La sesión ordinaria de la Academia de Historia de Cundinamarca, correspondiente al mes de octubre, contó con la presencia e intervención de un invitado especial el Doctor ANDRÉS VELA, Abogado y Profesor Universitario, quien en los últimos años se ha dedicado a investigar, recorrer, destacar y resaltar la importancia histórica como patrimonial que posee el “Camino Real de Honda a Santa Fe”.

El Doctor Vela, realizó una interesante exposición ante la plenaria de la Academia y los asistentes al acto, conferencia en la cual resaltó la importancia que en su momento tuvo el camino real de Honda a Santa Fe para el desarrollo de la hoy nación colombiana, la influencia que generó dicho camino en las poblaciones circundantes al mismo, como lo fueron Guaduas, Villeta, Guayabal de Síquima, Albán y las miles de historias que se generaron en torno a esa importante vía de comunicación construida durante la colonia y que prestó sus servicios a la nación por varios siglos.


Igualmente resaltó el conferencista las acciones que se han emprendido en pro del rescate de este patrimonio cultural de los colombianos, el cual puede ser un motor de avance en materia turística y cultural, pero siempre y cuando las autoridades se apersonen de la importancia del mismo. 



Asistente a la sesión ordinaria del mes de octubre de 2018 




domingo, 30 de septiembre de 2018

UNA ACADEMIA Y CENTRO DE HISTORIA QUE NO DETIENEN SU MARCHA

Sede de la Academia de Historia de Cundinamarca
Zipaquirá - Cund.


La Academia de Historia de Cundinamarca, fue fundada mediante Decreto No. 131 del 27 de mayo de 1908 por el Gobernador del departamento de Quesada Manuel Brigard, con ocasión de la solicitud que elevará la Academia Nacional de Historia hoy Academia Colombiana de Historia. Al igual que otras Academias de Historia regional, la actual Academia de Historia de Cundinamarca, fue constituida en sus inicios como Centro de Historia el cual se denominó de Quesada, Centro de Historia que a partir del año 1909 tomó el nombre de Zipaquirá y hacía los años sesenta fue transformado en Centro de Historia de Cundinamarca, entidad que finalmente en el año 1968 fue elevada a la categoría de Academia de Historia y en 1969 reconocida como la oficial del departamento de Cundinamarca.

La misión de la Academia de Historia de Cundinamarca se enmarca en la investigación y difusión de la historia del departamento y la preservación de su patrimonio cultural, labor que desarrolla por intermedio de sus Miembros de Número y Correspondientes y con el apoyo de los diferentes centros de historia filiales que tiene constituidos a lo largo del departamento.

El conocimiento, divulgación e investigación de la historia es fundamental, ya que se constituye en un eje esencial y forjador del sentimiento de patria y consolidación de la identidad nacional, valores sin los cuales un pueblo está llamado a su desaparición o en su lugar a convertirse en colonia.

Con ocasión de lo anterior, la Academia de Historia de Cundinamarca y el Centro de Historia de Zipaquirá, continúan día a día cumpliendo con esa labor de manera voluntaria y desinteresada, muestra de ello lo constituyen las siguientes entradas a nuestro blog, a través de las cuales los visitantes podrán evidenciar las diferentes actividades promovidas y apoyadas en pro de la divulgación y conocimiento de la historia de Cundinamarca.


LA BIBLIA Y EL MICROSCOPIO

Intervención del Académico de Número Luis Henrique Gómez Casabianca. 





En la sesión adelantada el 9 de junio de 2018 por parte de la Academia de Historia de Cundinamarca, el Académico de Número y Presidente para aquel entonces de la Academia de Historia de Bogotá, Arquitecto Luis Henrique Gómez Casabianca, presentó al auditorio una conferencia titulada “La Biblia y el Microscopio”, trabajo que de manera muy acertada condensa la historia, evolución y aportes de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de la Salle), al avance de la ciencia en nuestra Nación. El trabajo presentado por el Académico de Número, despertó grandemente la inquietud en los académicos y generó un interesante debate al respecto.

Intervención de don Luis Hernando Campos Martínez
Miembro Fundador del Centro de Historia de Zipaquirá

En el marco de la sesión del mes de junio el Centro de Historia de Zipaquirá, se hizo presente por intermedio de su Miembro Fundador, Licenciado Luis Hernando Campos Martínez, quien hizo alusión al hecho histórico relacionado con la firma y juramentación de las Capitulaciones Comuneras, acto llevado a cabo en Zipaquirá, los días 7 y 8 de junio de 1781, con ocasión de la Revolución de los Comuneros.

Igualmente el Centro de Historia de Zipaquirá, presentó una exposición bibliográfica alusiva al movimiento comunero de 1781.  

Exposición Bibliográfica alusiva al Movimiento Comunero 


16 DE JULIO DE 2018








Varios escenarios del "Monumento Héroes del Sumapaz" 

Este año la conmemoración de la Independencia de Cundinamarca, fecha clásica de nuestro departamento, se adelantó en el escenario contentivo del “Monumento Héroes de Sumapaz”, obra escultórica ubicada en la vía que conduce de Bogotá a Girardot (Km. 75).

El acto se realizó de manera conjunta por parte de la Gobernación de Cundinamarca y la Academia de Historia departamental. Por parte de la Academia se presentaron tres intervenciones relacionadas con la conmemoración de la Independencia de Cundinamarca, la importancia del conocimiento de la historia regional y nacional y el aporte de los caninos en la lucha gestada por las fuerzas armadas durante el conflicto interno que vivió nuestro país durante los últimos cincuenta años.

Doctor Jorge Emilio Rey Angel
Gobernador de Cundinamarca y Miembro Honorario de la Academia 

 
Aspecto general del acto conmemorativo del día de la Independencia de Cundinamarca
(fotografía de la Gobernación de Cundinamarca)




Miembros de la Academia de Historia de Cundinamarca




Intervención del Académico de Número Don José Asunción Suárez Niño 


Intervención del Presidente de la Academia, David Rubio Rodríguez
(fotografía Gobernación de Cundinamarca)


Intervención del Secretario de la Academia y Presidente del Centro
de Historia de Zipaquirá
(fotografía de la Gobernación de Cundinamarca)


JUAN SALVADOR ALGARRA - VECINO NOTABLE Y PATRIOTA DE ZIPAQUIRÁ

Documento contentivo, entre otros, del testamento de
Juan Salvador Algarra.
(Archivo Centro de Historia de Zipaquirá)


El 4 de agosto pasado la Academia de Historia de Cundinamarca y el Centro de Historia de Zipaquirá, adelantaron su tradicional sesión solemne conjunta con ocasión de conmemorarse el 202° aniversario del sacrificio de los seis mártires zipaquireños, en esta ocasión el discurso de orden estuvo a cargo del Presidente del Centro de Historia de Zipaquirá y Secretario de la Academia de Historia de Cundinamarca, Don Ernesto Campos García, quien presentó su última investigación sobre Zipaquirá, titulada “Juan Salvador Algarra – Vecino Notable y Patriota de Zipaquirá”.

Aspectos de la sesión solemne e intervención de Ruby Bonilla Hernández 

Así mismo en el marco de la sesión solmene, la integrante del Centro de Historia de Zipaquirá, Ruby Bonilla Hernández, intervino con un trabajo titulado “Los Mártires Zipaquireños de la Independencia y el turismo, instrumento de fortalecimiento de la identidad zipaquireña”.

El Presidente del Club Rotario de Zipaquirá Don Omar Pinzón
entrega al Presidente de la Academia de Historia de Cundinamarca y
del Centro de Historia de Zipaquirá, el banderín de la institución.

La sesión contó entre otros con la asistencia del Presidente del Club Rotario de Zipaquirá, Don Omar Pinzón, y los delegados Edgar Castillo Morales y Germán García.

En el acto solemne por parte del Centro de Historia de Zipaquirá, se expuso el documento original de los inventarios, avalúos, división y partición de los bienes de Don Juan Salvador Algarra.

Urna en donde fue expuesto el expediente contentivo
del testamento e inventario y avalúo de los bienes
de Don Juan Salvador Algarra. 




JOSÉ ARCELIO GÓMEZ PRADA - MIEMBRO DE NÚMERO DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DE CUNDINAMARCA



Presentación del trabajo del nuevo Miembro de Número
José Arcelio Gómez Prada.

En la sesión ordinaria celebrada el pasado 1 de septiembre, tomó posesión como Miembro de Número de la Academia de Historia de Cundinamarca, Don José Arcelio Gómez Prada, reconocido investigador y difusor de la notafilia colombiana por más de treinta años.

Don José Arcelio Gómez Prada, con los delegados asistentes de la Sociedad
Numismática de Colombia. 

José Arcelio Gómez Prada, actualmente difunde mes a mes la historia de la notafilia de Colombia, mediante su Boletín Numismático Digital, el cual cuenta ya con diecisiete años de existencia y un total de 181 entregas, así mismo fue fundador y Presidente en varias ocasiones de la Asociación Numismática Granadina.





Varios momentos de la sesión ordinaria 

Como trabajo de ascenso a la calidad de Miembro de Número de la Academia, presentó don José Arcelio, una investigación titulada: “LAS EMISIONES DE PAPEL MONEDA POR AGENTES PRIVADOS EN BOGOTÁ Y EL ESTADO DE CUNDINAMARCA DURANTE EL PERIODO DE 1865 A 1905”, interesante trabajo a través del cual el nuevo Miembro de Número resaltó la etapa que vivió nuestro país en especial durante el periodo federal cuando se permitió o facultó que los particulares fundaran bancos y a la vez que dichas entidades pusieran en circulación papel moneda.

A la par con su conferencia, el Académico Gómez Prada, puso en escena una interesante exposición en el cual se exhibieron un significativo número de piezas relacionadas con el tema central de la sesión.  

El acto contó con una nutrida asistencia y representación de la Sociedad Numismática de Colombia y el Centro de Historia de Zipaquirá del cual hace parte don José Arcelio Gómez Prada.




viernes, 3 de agosto de 2018

MÁRTIRES ZIPAQUIREÑOS DE LA INDEPENDENCIA 202º AÑOS DE SU SACRIFICIO

Firma de Don Agustín Zapata
(Archivo Centro de Historia de Zipaquirá)


El presente artículo fue publicado el 20 de julio de 1894 en la entrega No. 6 del periódico zipaquireño “El Estudio”, de donde lo hemos tomado, respetando la ortografía de la época. A la fecha es considerado como el primer antecedente historiográfico relacionado con los mártires zipaquireños. Años después don Luis Orjuela, publicaría un ensayo más profundo sobre este aspecto, en su obra Tributos de Zipaquirá para la Revolución de Independencia” de 1912.



LOS MÁRTIRES ZIPAQUIREÑOS

Luis Orjuela
Historiador Zipaquireño
Miembro de Número Academia Colombiana de Historia

Como asunto á cuya elucidación no se ha dedicado todavía un interés singular, en la exposición de generalidades discuerdan los historiadores sobre los nombres, número y calidad de los patriotas que fueron pasados por las armas en Zipaquirá el 3 de Agosto de 1816; y el desconcierto aumenta por consecuencia de documentos oficiales que, escritos con ligereza, se han encargado de propagar noticias erróneas.

Restrepo (Historia de la Revolución de Colombia, tomo X, pág. 156, ed. De Parías, 1827) da el verdadero número de patriotas, que fueron seis, pero á Sarache lo llama Sánchez, á José María Riaño, José Riaño Cortés (cosa, por otra parte, que nada tendría de extraño, á no ser por dar ocasión á que naciesen dos personajes que pudieren creerse distintos) y á Quiguarana, Figurana. En la edición de Besanzón, hecha en 1858, se suprimió el tomo de documentos, y con él la lista de patriotas sacrificados en la República.

La Ordenanza 1º de la Cámara provincial de Zipaquirá, de 21 de setiembre de 1852, sobre honores á la memoria de los mártires zipaquireños, incurre en mayores errores, pues á Luis Gómez lo llama José Gómez, á José María Riaño, José María Cortés, á Francisco Carate, José Antonio Carate, á Quiguarana, Tiguarana, y da por ejecutado a un Ramón Forero que no consta lo fuera, con lo cual el número de víctimas sube á siete.

Groot (Historia Eclesiástica y Civil de la Nueva Granada, tomo III, cap. LXII, 2º ed) tan puntual y rico como es en detalles, dá pormenores de Quiguarana (según él Tiguarana), de Carate y de “un mozo que llamaban El Currutaco;”  pero no entrando como parece, en el plan de su obra hacer catálogo general de los mártires de la patria, calla los nombres de los otros tres, entre ellos el principal, por no decir el único notable (pues quienes se sacrifican á la patria todos lo son), que fue don Agustín Zapata[1].

Scarpetta y Vergara (Diccionario Biográfico de los Campeones de la Libertad, art. referente á Zapata Agustín) mencionan como ejecutados á Carate, Quiguarana (según ellos Figuarana), Gómez, Riaño (que llaman, como Restrepo, José Riaño Cortés), Sarache (que apellidan Sánchez), y agregan, de su propia cosecha, á N. Carranza y Juan E. Valdés, personajes imaginarios que, ó no fueron sacrificados, ó no lo fueron en Zipaquirá, ó por aquella época ó por la patria, de donde resulta un número de ocho víctimas, entrando don Agustín Zapata. Y, admirémonos todos! hay una noticia biográfica de Valdés como inmolado en Zipaquirá el 3 de agosto de 1816, y aún se citan las palabras, pues que obras no podían citarse, por cuya expresión fue condenado al patíbulo!.

Como es posible que, á semejanza del examen que nosotros hacemos hoy de los escritos que nos han precedido, se haga alguna vez revisión de nuestro estudio por los escritores que nos sucedan, - si entre nuestros conterráneos no sucumbiese este escrito á injurias del tiempo, - declaramos desde ahora que no sólo no tenemos, sino que aun deseamos, la severidad con que se nos trate, si por otro lado en el camino de la investigación hemos de servir de punto de escala para que la verdad se descubra. La crítica histórica sigue la marcha de todos los conocimientos humanos, y día por día se hace nueva luz en torno de los sucesos pasados. Sentado lo cual, entramos á exponer lo que tenemos averiguado sobre los hechos que forman el objeto del presente estudio.

Los libros parroquiales suministran la siguiente partida:



Seis patriotas                                   Zipaq tres de Agosto de ochocientos diez y seis. Se les dio sepultura eclesiástica á los cadáveres de D. Agustín Zapata, Luis Sarache, José Luis Gómez, José María Riaño, Franco Carate y pomuceno Quiguarana. Se confesaron y recibieron el Viático, doy fe.
D. Agustn  Zapata.
Luis Sarache.
Luis Gómez

Limosna

José María Riaño.
Franco  Carate
j. Nepomo  Quiguarana                   Pedro Josef Nieto.


Recorriendo las defunciones de la época del terror hasta el año de 1819, no se registran más partidas de esta clase fuera de la precedente. Y en su apoyo, cuando ella sola no asumiese la calidad de documento fehaciente, viene un curioso manuscrito, autógrafo del señor Santiago Talero y hallado entre papeles que posee la familia zipaquireña de este apellido, manuscrito que, abarcando á breves y fugases notas el periodo de 1807 á 1819, contiene la siguiente noticia:

“El viernes 2 de Agosto de 1816 trajeron de Santafé á Agustín Zapata, Quiguarana, Carate, Venceguerras[1], Carraco y Currutaco, y al otro día los arcabucearon”.

Hé ahí, pues, cómo renace de otra fuente El Currutaco del historiador Groot, y cómo brotan los apodos de otros dos de los fusilados. Desgraciadamente, aunque sabemos por este manuscrito cuáles no llevaban apodos (Zapata, Quiguarana y Carate), y por el cotejo  del manuscrito con la partida de defunción colegimos cuáles lo llevaban (Sarache, Gómez y Riaño), ignoramos qué apodo convenía en particular á cada uno de los tres últimos individuos, entre los tres de Venceguerras, Carraco y Currutaco, y por lo mismo aun permanece en la sombra el verdadero nombre del célebre Currutaco.

De todos modos, consta por dos distintas vías que la víctimas fueron seis, y queda, nos parece, disipada la duda en lo relativo a sus nombres.

Agustín Zapata.- Según Scarpetta y Vergara nació este prócer en Zipaquirá el año de 1764, noticia que, a falta de prueba directa (pues el desarreglo de los libros parroquiales de aquella época hace difícil dar con el acta de nacimiento), está confirmada por declaración que en instrumento público de 1793, extendió con motivo de solicitud de licencia para enajenar una casa (protocolo correspondiente), hizo Zapata de contar á la sazón 28 años.

Si el escribir materialmente bien, ha de poderse tomar como indicio para juzgar la calidad y cultura de las personas, Zapata debió recibir una educación esmerada, supuesto que, amanuense mucho tiempo del Escribano de entonces, don Felipe Santiago Silva, trazaba una hermosa letra española y observaba con estricto rigor los preceptos de una ortografía correcta. Consta también que de 1795 para adelante recibía poderes para gestiones judiciales, lo que hace suponer que, sin título de abogado, era suficientemente versado en leyes.

El 29 de Abril de 1792 contrajo matrimonio con la señora Clemencia Forero, y fueron sus padrinos consortes de distinción, don Carlos Joaquín de Urisarri y doña Mariana Tordesillas. Entre varios hijos del matrimonio de don Agustín se contaba la señora Josefa Zapata, de quien procede una de las ramas de la familia actual de Coronados, á que pertenecen don Rogelio y don Jorge.

Es de creerse que Zapata disfrutó de no escasas comodidades, pues construyó á sus expensas la casa de su habitación, la que, situada en la entonces llamada Calle de las Doncellas, es hoy propiedad y habitación de don Rafael Araos.

Acogió con calor y en virtud de deliberada convicción de patriota, como otros muchos zipaquireños, la causa de la Independencia; y se sabe, por tradición que se conserva en Zipaquirá, que, asociado a don Agustín Domíngez, infirió públicos agravios al retrato de Fernando VII, llegando a verificar en él un simulacro de ejecución. Qué cargos precisos se dedujera contra él en el proceso, ó verbal ó escrito, que debido seguírsele ante el Consejo permanente de guerra (erigido en Santafé por Morillo, no para juzgar, sino para condenar á muerta en causa ya prejuzgada), es cosa que ignoramos. Solo sabemos que en relación formada el 22 de julio de 1816, se registra su nombre (y entre de los quienes habían de ser mártires zipaquireños es el único que se registra), con título de Oficial, como el de uno de los “individuos que se hallan presos, y a quienes se les están formando sus causas, acusados de rebeldes, cabezas y sostenedores de la revolución, que han desempeñado los primeros empleos en ella”.

El ignorar nosotros los servicios reales prestados por Zapata á la causa de sus convicciones, no oscurece el mérito de su sacrificio. Así como a la patria le basta para su gloria haber tenido mártires, á éstos les basta para ser grandes haber ofrendado su vida en el altar de la patria. Ese es, a nuestro entender, el pedestal sobre el cual debe alzarse la figura de Agustín Zapata.

Juan Nepomuceno Quiguarana.- Optamos por esta forma del apellido: 1º porque así consta de la partida de defunción que dejamos copiada, del manuscrito de Santiago Talero y de otros instrumentos del siglo pasado que pueden consultarse en la Notaría, lo que nos hace creer que ese era el uso general, sin que por eso dejase de haber tal cual caso de la forma Tiguarana   (nunca Figuarana ni Figuarama), como el del acta de matrimonio de esta víctima de la patria; y 2º por no sabemos que vaga sospecha que abrigamos, no apoyada, es cierto, en texto alguno, de que dicho apellido es indígena, á la manera de Pataquiba y otros, y, siendo así, nos parece que cuadra mejor con el muisca la forma Quiguarana. Solo agregamos que habiendo sido el uso vario, muy bien han podido seguir los historiadores aquella de las dos formas que llegó primero á su noticia, ó que les pareció más aceptable, sin incurrir por ello en nimia y fútil censura.

Conforme lo asienta Groot, Quiguarana, “honrado padre de familia, hombre del pueblo, sencillo é ignorante, no tenía más delito que haber sido Sargento de milicias del lugar, sin haber hecho servicio alguno ni haber molestado á nadie”.

Fuera de esto, apenas sabemos de Quiguarana que en 4 de Febrero de 1789 contrajo matrimonio con María de la Cruz Garzón, y, que sus padres fueron Pedro Quiguarana y ja (sic) Peñalosa.

Francisco Carate.- Carate dice Groot, era “un indio de los principales, rico[2] y honrado padre de familia; tan ignorante, que era de los que creían que en la república todavía mandaba su amo el Rey. No había tenido más empleo que el de teniente de los indios, el que ejercía desde ante del 20 de julio”.

El Currutaco.- Como lo hémos observado, no sabemos cuál de entre Sarache, Gómez y Riaño se conocía con este apodo; pero es muy curiosa la relación que hace de él Groot, la que, integra, dice así:

“El Currutaco era un joven plebeyo y sin instrucción alguna, pero de aquellos que esta clase pican de entendidos y se mezclan en las cosas políticas. Este no entró por la moda de ser patriota, y se distinguió como realista, granjeándose con esto el odio de los patriotas de Zipaquirá, que eran muchos y exaltados; era, en sentido realista, lo que llamamos chispero; y desde que supo que venían las tropas españolas, se fue encontrarlas á Chiquinquira, desde donde vino con ellas sirviéndoles de guía. No se supo por qué le echaron mano en Santafé, y preso en el mismo Colegio del Rosario, lo juzgaron con los otros dos[3], ó no lo juzgaron, sino que dieron orden para llevarlo con los compañeros á Zipaquirá, donde lo fusilaron. Y no se extrañe semejante desorden entre gentes á quienes poco les importaba la vida de los americanos, porque sucedió, en el mismo Colegio, que habiendo llamado en lista á uno, entre varios, de los que sin saber por qué traían presos de los pueblos, y que iban a soltar por no haber resultado causa contra ellos, no pareció,  y el carcelero dio cuenta de que lo habían sacado a fusilar con otros. El Currutaco protestaba en el banquillo, á la faz del pueblo, que siempre había sido realista; que en nada había servido á la patria, y que no sabía por qué lo mataban. Todo el mundo conocía esto y se admiraba; pero el terror era tál, que no permitía bullir á nadie los labios para decir una sola palabra sobre lo que se ordenaba por Morillo y sus autoridades.”.

El silencio de los mismos realistas, que temían sindicarse de patriotas y correr suerte desastrosa, si hablaba en favor aún de sus propios copartidarios, injusta ó equivocadamente acusados, abrió la tumba de muchos inocentes é impidió rescatar del cadalso la vida de El Currutaco. Este los mismo que Quiguarana y Carate, fueron víctimas sin culpa en el delito de rebeldía ó insurgencia, como decía entonces, la diferencia de Zapata, que fue víctima consciente.

Los otros dos mártires. De ellos, esto es, de El Carraco y Venceguerras, no tenemos noticia alguna.

Como las sentencias del Consejo permanente se cumplían por lo regular en  el lugar del nacimiento de los sentenciados ó en el que eran más conocidos, sin duda para mayor escarmiento, á los seis de Zipaquirá se les trajo, como hemos visto, el viernes 2 de Agosto de 1816 y se les puso en Capilla. A este destino sirvió una de las tiendas, que haciendo parte de la cada perteneciente hoy día a la señora Josefa Morales de Bernal, es propiedad de los herederos del señor Ramón Castro, y está situada á la mitad del costado occidental de la plaza principal, contra el lado Sur del zaguán de la mencionada casa. Hasta ahora poco tiempo conservaba todavía dicha tienda la misma puerta que tenía en aquella época, puerta que en la hoja del lado derecho deja ver, cubierta con un remiendo, la ventanilla que se le hizo entonces para que los sentenciados se comunicasen con las personas que se acercaban por fuera. Hoy la expresa puerta, que á modo de reliquia debería ser objeto de patriótica veneración, ha recibido el menosprecio de ser habilitada para la cárcel de mujeres,  y lleva una placa de bronce con la siguiente inscripción:

Pertenecía esta puerta al local que sirvió de capilla á los señores D. Agustín Zapata, Luis Sarache, Luis Gómez, José María Riaño, Francisco Carate y Juan Nepomo. Quiguarana, zipaquireños que por su amor á la patria fueron sacrificados en esta ciudad el 3 de Agosto de 1816. A solicitud del Concejo municipal de 1887, la cedió gratuitamente su dueño, el señor don Ramon Castro.

“Queda confiada su conservación á la respetuosa gratitud de los zipaquireños.

“Zipaquirá, Octubre de 1887.”.

Llevados de nuestra ignorancia en materia de lo que es el valor histórico de las cosas, aún no sabemos si andando el tiempo se le ocurra a alguna arrancar la expresada placa…..para hacer, por ejemplo, una chocolatera.

El suplicio de todos los condenados á muerte se ejecutaba en Zipaquirá al frente del edificio que existía en donde hoy está la casa del señor José María Rodríguez, en la plaza principal, hacia el costado occidental de la Iglesia. Allí rindieron, pues, la vida las seis víctimas de la crueldad española, el sábado 3 de Agosto.

Pasada la ejecución, los cadáveres fueron sepultados al costado meridional de la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, bajo el alar de la sacristía, dando las cabezas contra los cimientos de esta parte del edificio. Hace algunos años vivía todavía un testigo ocular del entierro, Francisco Pinzón (alias Pacho Piches), antiguo sacristán de dicha Capilla, que fue quien comunicó esta noticia al diligente señor Epifanio Wiesner, de quien nosotros la hemos tomado.

Duerman, pues, en paz esos venerados restos, entre tanto que la gratitud les levanta el monumento que reclama su fecundo martirio.

La Histórica Puerta de los Seis Mártires Zipaquireños
Fotografía tomada del libro Capítulos de Historia Zipaquireña
autor: Padre Roberto María Tisnés J.
1956. 
Boletín Municipal del Concejo de Zipaquirá
1936
(Archivo Centro de Historia de Zipaquirá)





[1] Este nombre aparece confuso. Está escrito, Benseguer.s ó Benseguerr.s
[2] No obstante vemos que se le enterró de limosna.
[3] Quiguarana y Carate. 





[1] En documento número 28 agregado al apéndice del tomo III, para la 2ª edición, hecha, como se sabe, después de la muerte del señor Groot, se incluye una relación oficia de presos y detenidos, entre los cuales figura don Agustín Zapata, en grado de Oficial.

miércoles, 18 de julio de 2018

418 AÑOS FUNDACIÓN DE ZIPAQUIRÁ


Conmemora hoy nuestro municipio 418 años de su fundación, acto llevado a cabo por parte del Oidor Luis Henriquez, el 18 de julio de 1600,  en cumplimiento a la política española de congregar a los naturales de estas tierras en pueblos de indios, gobernados bajo el mando de un Corregidor de Naturales o de indios, por tal motivo compartimos con nuestros visitantes el texto completo del acta de fundación de Zipaquirá que reposa en el Archivo General de la Nación. 

Primera hoja del Acta de Fundación de Zipaquirá
Archivo General de la Nación 

ACTA DE FUNDACIÓN DE ZIPAQUIRÁ

En el pueblo y repartimiento de Cipaquirá de la encomienda de Francisco de Ortega, jurisdicción de la ciudad de Santafé, a diez y ocho días del mes de julio mil seiscientos años el señor Licenciado Luis Enríquez del Consejo del Rey Nuestro Señor su Oidor en la Real Audiencia deste Reino y Visitador General de dicho Partido y los demás de sus comisiones y del Partido de Tunja, dijo que en conformidad de lo que Su Majestad tiene mandado por sus cédulas reales y por la comisión particular que tiene el señor Doctor Francisco de Sande, Caballero del hábito de Santiago del Consejo del Rey Nuestro Señor, su Presidente Gobernador y Capitán General del Reino su merced ha hecho la información y los demás autos y diligencias que la han parecido convenir sobre los convenientes que puedan resultar de la poblazón de los indios de Cipaquirá, Suatiba, Tenemequira y Gotaque de las encomienda de Don Francisco de Ortega que tendría trescientos cincuenta indios útiles; y los pueblos de Cogua, Nemeza y Peza de la encomienda de Juan de Silva Collantes que serán ciento y sesenta indios útiles, y visto por vista de ojos los asientos y sitios deste dicho pueblo de Cipaquirá e informándose del aprovechamiento que tienen con las salinas dél y así mismo está informado que Don Juan de Olmos tiene en encomienda otros cincuenta indios en el pueblo de Pacho, junto con los que allí tiene el dicho Francisco de Ortega, y así mismo están en el pueblo de Tibitó de la encomienda del dicho Juan de Olmos otros cincuenta indios, y otro capitanejo con otros ocho indios que tiene en encomienda Juan Roldan en el páramo que llaman Yayta, todo los cuales dichos pueblos les parece cosa conveniente y necesaria que se pueblen juntos y excusar los inconvenientes que resultan de estas apartados en diversas poblazones, y estando juntos y congregados en un sitio poblados con plaza, calles y orden y política vivirá con buena orden, por tanto mandaba y mandó que en el sitio do sumerced estuvo ayer dicho día en un llano que esta por bajo del dicho pueblo de Cipaquirá en una rinconada como se va a Cogua en la parte que sumerced mandó medir la iglesia de cincuenta varas de largo y doce de ancho y medio cuadrar la plaza por delante de cien varas en cuadro; se haga la iglesia por la forma, traza y modelo que se ordenará y aún lado de la dicha iglesia se haga la casa del padre doctrinero con veinte y cinco varas en cuadro y al otro lado se pueble el Cacique en la misma forma  y a la redonda de la plaza se sitúen las casa de los capitanes del dicho pueblo de Cipaquirá y a ellos y a los demás indios se les señalen sus casas en línea recta con veinte varas en cuadro de sitio para sus casas, corrales y las calles queden limpias y deserbadas de seis varas de ancho entre cada ochenta varas en cuadro y en esta forma se han de poblar los pueblos de Cipaquirá, Suatiba, Tenemequira, Gotaque del valle de Pacho de la encomienda del dicho Francisco de Ortega y por esta orden y al dicho sitio se han de recoger y poblar los pueblos de Cogua, Nemeza y Peza de la encomienda del dicho Juan de Silva Collantes con sus familias; y así mismo los pueblos de Pacho y Tibitó del dicho Juan de Olmos con todos sus sujetos y así mismo los indios del dicho Juan Roldán acomodándose todos en el dicho sitio y asiento dividiéndose y poblándose cada pueblo de por sí con distinción calle en medio por sus capitanías donde se ha de hacer la dicha iglesia de mampostería por la traza que se dará, y entre tanto se hará una ramada donde se diga misa con los ornamentos de los mismos encomenderos que han tenido y tienen las dicha iglesias. Para todo lo cual está informado que Pedro de Herrera es persona que lo pondrá en ejecución y lo cumplirá, al cual nombraba y nombró para el dicho  efecto para que lo haga, cumpla y ejecute compeliendo y apremiando a todos los caciques, capitanes e indios de los pueblos, de suso declarados a que vengan a poblarse al dicho sitio en la forma arriba contenida, sacándolos de cualesquier quebradas y partes donde estuvieren, apremiándolos a ello por todo rigor y a los que fueren rebeldes les quemará sus casas y bohíos sacando primero lo que tuvieren dentro, persuadiéndoles a los indios que han de vivir juntos por ser lo que más les conviene, y poblándose por la orden dicha se les reservan sus tierras y labranzas viviendo y asistiendo de ordinario en el dicho pueblo nuevo y acudiendo a la misa y doctrina los domingos y fiestas sin consentir que ninguno esté poblado con su casa y ranchería fuera de la dicha poblazon so color de que que hace labranzas sino es el dicho nuevo sitio, lo cual hará por su persona ayudándole para esto Luis Gutiérrez, vecino y Regidor de la ciudad de Santafé, administrador de las salinas desde dicho pueblo de Cipaquirá en todo lo posible, y porque sumerced es informado que algunos de los indios que se han de poblar en el dicho sitio están apartados y divididos en tierras ásperas y fragosas, le da facultad al dicho Pedro de Herrera para que nombre las personas de cuidado y diligencia que conviniere para que con vara de la real justicia le ayuden a la dicha poblazon. Y porque en este dicho pueblo de Cipaquirá están las salinas del puestas en la Corona Real y se administran por Su Majestad y los indios deste dicho pueblo son los que acuden al beneficio della para traer la leña y las demás cosas y los indios del pueblo de Cogua son los que hacen las ollas y gachas y otras vasijas para hacer la dicha sal, mando al dicho Pedro de Herrera que los primeros pueblos que se comenzaren a poblar en el dicho nuevo sitio sean los de los pueblos de Cipaquirá y Cogua y los demás del dicho Francisco de Ortega y luégo los demás procurando y advirtiendo que para que no cese el beneficio y administración de la dicha sal se dé orden como en tanto que se puebla una capitanía acuda otra al dicho ministerio de forma que no cese su beneficio y por esta orden se ha de hacer con los demás. En todo lo cual ha de tener muy gran cuidado y diligencia, la cual dicha poblazon ha de hacer dentro de cincuenta días por ahora y en cada uno ha de haber dos pesos de oro de veinte quilates y se le pagarán de donde y como a sumerced pareciere que para todo ello le da comisión en forma cuan bastante de derecho se requiera con vara de la real justicia. Y a los que fueren rebeldes los habrá de llevar a do su merced estuviere con la razón de su rebeldía llevándolos presos para que sean castigados conforme a su culpa. Y así lo mando y firmó. Licenciado LUIS HENRIQUEZ. Ante mí Rodrigo Zapata”.     

lunes, 16 de julio de 2018

205 AÑOS INDEPENDENCIA DE CUNDINAMARCA



Carpeta emisión postal
Departamentos de Colombia: Cundinamarca
puesta en circulación el 16 de julio de 2013
con ocasión de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia de Cundinamarca

DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE CUNDINAMARCA

<<D. ANTONIO NARIÑO, TENIENTE GENERAL Y PRESIDENTE DEL ESTADO DE CUNDINAMARCA>>

Hago saber a todos los vecinos estantes y habitantes en esta ciudad, y en toda la comprensión del Estado, que en diez y seis del corriente ha sancionado y decretado el Serenísimo Colegio Electoral y Revisor la siguiente declaración de independencia:

         Nos, los representantes del pueblo de Cundinamarca, legítima y legalmente congregados para tratar y resolver lo concerniente a su felicidad, habiendo tomado en consideración el importante punto de su era ya llegado el caso de proclamar solemnemente nuestra absoluta y entera independencia de la corona y gobierno de España, por la emancipación en que naturalmente hemos quedado después de los acontecimientos y disolución de la Península y gobierno de que dependíamos, habiendo tenido largas y maduras discusiones en que se trajeron a colación las antiguas obligaciones que por solmenes juramentos nos unían a la madre patria, los que nuevamente se habían hecho, el espacio de tres años en que nos hemos mantenido en un estado de expectación y de neutralidad respecto a los sucesos de la España europea; y finalmente la necesidad en que nos ponía de deliberar y tomar un partido activo la aproximación de tropas mandadas por el Gobierno de España y a nombre de un rey que en el dilatado tiempo de cinco años no se sabe haya hecho el menor esfuerzo para salvar la España de los males que la abruman, y mucho menos para librar la América de correr igual suerte, hemos

DECRETADO:

                   Que en atención a que por haber los reyes de España desamparado la nación pasándose a un país extranjero; a la abdicación que sucesivamente hicieron de la corona renunciando el padre en el hijo, éste luego en el padre y ambos en Napoleón Bonaparte; a la ocupación por las tropas francesas de la mayor parte de la Península, en donde ya tienen un rey de la misma nación, las Américas se han visto en la precisión de proveer a su seguridad interior, dándose un gobierno provisional, entretanto que con el transcurso del tiempo y el curso de los sucesos deliberaban el partido definitivo que debía tomar, y que habiendo pasado ya el tiempo de tres años sin que esta moderada conducta les haya valido para que los españoles peninsulares, desconociendo en América los mismos principios que ellos han proclamado en Europa, no sólo hayan dejado de molestarles, sino que, declarándoles una guerra abierta, los han tratado por todas partes como a insurgentes, armando al hermano contra el hermano, al ciudadano contra el ciudadano, al padre contra el hijo, confiscando sus bienes, derramando por todas partes la consternación y manchando el suelo americano con la sangre de los mismos españoles americanos y europeos, que debieran haberse conservado para derramarla contra cualquier nación extranjera que quisiera privarnos de los derechos que nos eran comunes, y a que estos males se acercan ya sobre la Provincia de Cundinamarca, que no sólo no había hecho un formal desconocimiento del Rey Fernando, sino que era el asilo de cuentos españoles europeos se veían perseguidos en otras partes, y a lo impolítico y bárbaro que sería seguir en el mismo estado, y a la aproximación de tropas enemigas mandadas por españoles que violando la santidad del juramento, vienen a atacarnos en nombre de un rey y de una nación que en el orden político ya no existe.

    En atención también al peligro que corre nuestra santa y adorable religión si permanecemos más tiempo en este estado, tanto por el riesgo que el finalizarse la conquista de España por los franceses nos quisieran éstos obligar a reconocer la dependencia del Rey José Bonaparte, o la de trasladarnos a América al Rey Fernando, imbuido ya en sus máximas, y quizás rodeado de ministros y tropas francesas, como por la falta bien sensible que en el día se nota de pastores eclesiásticos, no habiendo quedado en toda la Nueva Granada un solo Arzobispo que pueda ejercer las funciones de su ministerio, cuya falta nos iría insensiblemente reduciendo a la nulidad de ministros que prediquen el Evangelio, administren los Sacramentos y atiendan a la conservación y aumento de la Religión; y que por lo mismo es de absoluta necesidad el que saliendo del estado de pupilaje, nos pongamos de acuerdo con las otras provincias que han hecho o hagan igual declaratoria en el de poder  ocurrir al Padre Santo solicitando el remedio que cada día se hace más urgente.

         En consecuencia de todo esto, y en atención, finalmente, al derecho incontestable e imprescriptible que tienen todos los pueblos de la tierra de proveer a su seguridad y de darse la forma de Gobierno que crean más conveniente a labrar su felicidad, nosotros los representantes del pueblo de Cundinamarca, usando de este derecho y compelidos a adelantar este paso por los esfuerzos de nuestros impolíticos y crueles opresores; declaramos y publicamos solemnemente, en nombre del pueblo, en presencia del Supremo Sér, y bajo los auspicios de la Inmaculada Concepción de María Santísima, patrona nuestra, que de hoy en adelante Cundinamarca es un Estado libre e independiente, que queda separado para siempre de la corona y gobierno de España y de toda otra autoridad que no emane inmediatamente del pueblo o de sus representantes; que toda unión política de dependencia con la Metrópoli está rota enteramente; y que como Estado libre e independiente tiene plena autoridad de hacer la guerra, concluir la paz, contraer alianzas, establecer el comercio y hacer todos los otros actos que puedan y tienen derecho de hacer los estados independientes. Y llenos de la más firme confianza en el Supremo Juez que conoce la rectitud y justicia de nuestros procedimientos, nos obligamos al sostenimiento de esta declaratoria con nuestras vidas, nuestros bienes y nuestro honor, que después del solemne juramento que prestamos nos es lo más sagrado sobre la tierra.

         Santafé de Bogotá, a diez y seis días del mes de julio de mil ochocientos trece.

MANUEL BERNARDO ALVAREZ, Presidente.- JOSE DE LEYVA, Designado. – JOSE IGNACIO SANMIGUEL, Vicepresidente.  – Juan Bautista Pey, José Domingo Araos, Fernando Caicedo, Pablo Plata, Fray Juan Antonio Buenaventura y Castillo, Fray Santiago Páez y León, Juan Agustín Matallana Fray Diego Antonio de la Rosa, Luis Eduardo de Azuola, Luis Ayala, José María Carbonell, José Sanz de Santamaría, José María Chacón, Lorenzo Ley, Pantaleón Gutiérrez, Manuel de Santacruz, Pedro Núñez, Ramón Calvo, José Ortega, Antonio Patiño de Haro, Rafael Araque Ponce de León, Fernando Rodríguez, Ignacio Calderón, Vicente Santamaría, Tomás Barriga y Brito, Santiago de Vargas, José María Domínguez de la Rocha, Tomás Gómez de Cos, Antonio Viana, Miguel José Montalvo, Jerónimo de Mendoza y Galavis, Manuel María Alvarez Lozano, José Antonio de Torres y Peña, Vicente Antonio Benavides, José Antonio Castro, José Arrubla, Enrique Umaña, Victorino Ronderos, Juan Martínez Malo, Bernardo Pardo, Juan Zalamea, Pedro Ronderos,  Secretario, José María Hinestrosa.

         Y mando a todos los tribunales, corporaciones de todas clases y estados, jueces y demás ciudadanos de la comprensión del Estado de Cundinamarca, la tengan y hayan por publicada, obedezcan y cumplan la citada resolución; pasando el día de mañana en que celebramos el aniversario de nuestra transformación política al salón del mismo Colegio, a prestar el juramento las corporaciones y tribunales de la Representación Nacional, el Cívico, Cabildo eclesiástico, gobernadores del arzobispado, prelados de las comunidades y jefes militares; debiendo hacerlos sucesivamente los demás ciudadanos ante el Cabildo y demás jueces que se señalarán; bajo la pena de que el que se negare a prestarlo quedará despojado de los derechos de ciudadano, y no podrá obtener ningún beneficio ni empleo público, quedando privados de los que en el día obtuvieron y saliendo de la provincia los que, además de no jurar, manifestaren desaprobar esta medida necesaria y saludable, pero sujetos a la pena capital los que atacándola trastornaren el orden público.

         Publíquese por bando con las solemnidades prevenidas, en toda la extensión del Estado, imprímase y fíjese en los lugares acostumbrados.

         Dado en el Palacio de Gobierno de Santafé, a diez y nueve de julio de mil ochocientos trece.

                                                                                   ANTONIO NARIÑO

Por orden de S.E.

                            Juan José Mutiens, Secretario >>.     


Emisión postal
Departamento de Cundinamarca
16 de julio de 2013