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lunes, 30 de marzo de 2015

2015 EL "AÑO ANTONIO NARIÑO"


Estampilla en homenaje a Nariño
producida en 1886 durante el Gobierno de
Rafael Nuñez. (colección particular).
Como lo habíamos anunciado por este medio, el próximo jueves 9 de abril, se cumplirá el 250 aniversario del natalicio  de don Antonio Nariño, Precursor de la Independencia y Padre de Cundinamarca, enhorabuena el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Cultura y mediante la Resolución No. 0346 de 2015, ha tomado la decisión de declarar de manera oficial el 2015 como “Año Antonio Nariño”, dicha resolución plasma varias actividades y proyectos que deben llevarse a cabo, con el fin de mantener viva la memoria y obra del colombiano de todos los tiempos.

Entidades como la Biblioteca Nacional de Colombia, el Instituto Caro y Cuervo, el Museo de la Independencia, el Museo Nacional y la Universidad Nacional de Colombia, unirán esfuerzos para dar a conocer las diferentes facetas del Precursor de la Independencia, como editor, librero, político y periodista, adelantando proyectos encaminados por ejemplo a reconstruir el documento original de los derechos del hombre y del ciudadano, que imprimiera Nariño en el mes de diciembre de 1793; así mismo se ha pensado disponer un espacio de la Biblioteca Nacional de Colombia para recrear “El Santuario”, lugar en donde Nariño llevaba a cabo las reuniones de su tertulia denominada “El Arcano Sublime de la Filantropía”, fundada por él en el año 1789; por parte de los museos vinculados a las actividades en homenaje a Nariño, se realizaran exposiciones con bienes que pertenecieron al Precursor.

Estampilla del año 1973, con ocasión
del 150 aniversario de la muerte de Nariño.
(colección particular).  
Esperamos que a la presente iniciativa se unan otras entidades del Gobierno Nacional, como el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, quien a través de la Red Postal de Colombia 4-72,  podría llevar a cabo una emisión filatélica en homenaje a Don Antonio Nariño.

Estampilla por valor de dos centavos
emitida a inicios del siglo XX en homenaje
a Nariño (colección particular).
Por parte de la Academia de Historia de Cundinamarca y el Centro de Historia de Zipaquirá, venimos trabajando desde el año 2010 con el objetivo de resaltar la figura y obra de Antonio Nariño, labor que se vio reflejada con mayor éxito en el 2013 al conmemorarse el Bicentenario de la Independencia de Cundinamarca, celebración en la cual se destacó que con Antonio Nariño se dio “El Triunfo de las Ideas”, proyecto que continuaremos materializando en este año y que estamos seguros tomará mayor fuerza e interés en la comunidad cundinamarquesa, con ocasión de la declaratoria que ha hecho el Ministerio de Cultura del 2015 como “Año Antonio Nariño”.    


martes, 17 de marzo de 2015

MANUEL JOSÉ CÁRDENAS ROJAS - ZIPAQUIREÑO INTEGRAL

106 años del natalicio de Manuel José Cárdenas Rojas

"Sueño y Realidad de Zipaquirá" 

"Del Hontanar Zipaquireño"

Discurso de Manuel José Cárdenas Rojas, en nombre
de la Sociedad Bolivariana de Colombia en la Plaza de
Bolívar en el 182 aniversario del natalicio del Libertador
(Tomada del texto "Vida y Obra de Manuel José Cárdenas Rojas)
 
El 17 de marzo de 1909, nace en Zipaquirá el Doctor Manuel José Cárdenas Rojas, un zipaquireño integral, desde su elección como Personero Municipal y Concejal de Zipaquirá en los años treinta del siglo XX, se convirtió  en uno de los más destacados hijos de la tierra de la sal. A lo largo de su desempeño en la vida pública, siempre tuvo presente un fin primordial, luchar por los derechos y desarrollo de su tierra natal, labor que ejecutó desde las tres ramas del poder público en donde ejerció destacados cargos, fue como ya lo mencionamos: Concejal de Zipaquirá, Diputado a la Asamblea de Cundinamarca, Representante a la Cámara, curul desde la cual fue elegido Presidente de dicha Corporación, Secretario de Educación, Director de Estadística de Cundinamarca, Magistrado y Presidente del Tribunal Superior de Aduanas, entre otros.

A la par con su lucha pública en defensa de los derechos de Zipaquirá y Cundinamarca, la cultura fue otra de las pasiones de Manuel José Cárdenas Rojas, sector desde el cual igualmente trabajo por el bienestar de su ciudad y departamento, en los años treinta revivió el Centro de Historia de Zipaquirá, entidad que posteriormente transformó en la actual Academia de Historia de Cundinamarca, fue cofundador de la Casa de la Cultura “Arturo Wagner” y de la Fundación Nacional Zipaquirá “FUNZIPA”.

Como homenaje a nuestro fundador con ocasión de los 106 años de su natalicio, compartimos en esta ocasión un interesante artículo que publicara en la revista “Estampas de Colombia” del año 1952, el cual tituló "Sueño y Realidad de Zipaquirá" y varios de sus poemas compilados en su libro “Del Hontanar Zipaquireño”, publicado en 1985 por la Academia de Historia de Cundinamarca.



Artículo en reconocimiento a Manuel José Cárdenas,
 publicado en el periódico local "El Factor" del año 1932. 

“Sueño y Realidad de Zipaquirá

El progreso del país, la facilidad de transporte, y la migración de sus gentes de unos sitios a otros en la búsqueda de nuevos horizontes, les ha hecho perder su peculiar fisonomía y sus tradiciones a las ciudades colombianas. Tan solo Popayán y Cartagena viven dedicadas al culto y la perpetuidad de su grandeza. Un sesenta por ciento de sus habitantes viven arraigados a sus “tutelares muros”, prolongando el milagro de su gloria en la hormonada inteligencia de sus nuevas generaciones.

Para llegar a ellas, hay que poner el espíritu en trance de meditación y recogimiento patrióticos. Allí está Popayán, presidiendo la inteligencia del país ente la orgullosa guardia de sus “siete colinas vigilantes”. Allá, Cartagena arrebujada entre el embrujo de su añeja estampa custodiada por el mar Caribe que recita a todas horas la historia de Colombia y el auténtico heroísmo de la raza.

Aunque la civilización ha hecho más ciudad a la capital de la República, sus modernas galas, en trance de ser mejores cada día, le han ido esfumando su castiza fisionomía. Su desorbitado crecimiento la ha despojado de sus villas aledañas sus mejores gentes, y le ha quitado a los pueblos el color y el sabor de sus originales características. De ahí que la historia individual de los burgos sabaneros prácticamente no exista. En la economía, en el comercio, y en la cultura estos pueblos son tributarios de Bogotá. Los valores humanos que estos pueblos han dado son astros menores que quedan sombreados bajo las alas inmortales del águila simbólica que protege los destinos de Santafé. La historia de ello es simplemente anecdótica, porque la grandeza no se improvisa. Ellas es obra de las generaciones fecundas en el surco de la tradición.   

Zipaquirá es la única ciudad del altiplano que en lo exterior conserva su estirpe castellana, pero que desde hace mucho tiempo perdió el hilo de oro de su aventajada posición en la vida de la república. Las gentes que la visitan no les queda otro recuerdo que la patagruélica delicia de los platos regionales o el borroso brillo de las marmajas que golfos desarrapados les venden al salir de la mina.

Es entonces muy natural que las gentes sonrían despectivamente cuando reclamamos con orgullo de colombianos la contribución que Zipaquirá puso en el altar de la patria, y que aún ignoren que la fundación de Santa Fé, en el centro de la Nueva Granada, se debió al descubrimiento del Reino de la Sal, en donde con distintos objetivos se encontraron los tres más grandes conquistadores peninsulares, Belalcázar, Federman y el gran Don Gonzalo Jiménez de Quesada.

Texto de Manuel José Cárdenas Rojas,
publicado por primera vez en el año de 1954.
La fotografía corresponde a la segunda edición,
publicada en el año 2009 con ocasión del centenario de su natalicio.
Para conocer pues, a una ciudad, no sólo hay que haberla mirado físicamente, o haber nacido o vivido bajo su alero. Hay que dejar que ella nos posea, que avasalle nuestros sentidos y nuestro espíritu… Así he ido yo en peregrinación mental a mi ciudad y he llegado hasta ella por los azules caminos de la infancia. La he reconstruido con sus calles de piedra, con sus retozanas pilas de agua clara; con sus zaguanes anchos, de puertas claveteadas, de silencio y de siesta; con sus patios ebrios del carmín de las rosas, de los geranios y de los claveles; con sus montículos, como la Cantera donde al sol de agosto los niños de ese entonces, solíamos elevar el pandero de los siete colores…

Me he entrado a sus viejas casonas…Los pájaros me han enredado en la diadema de su canto… Las ciruelas me han dado el labio de su miel como doncellas de quince años. Los gabinetes me han hecho la confidencia de antiguos romances aromados con perfumes de Francia. En sus ventanas viejas he hallado unos niños que tenían la sonrisa de mis hijos.

He andado por sus calles a la hora de las cinco, cuando el viento monologa con su sollozo en el silencio, y se enciende la voz de un piano… Pasan unos hombres de semblantes duros como los comuneros que había visto tallados en piedra por la ardiente inspiración de Miguel Sopó.

Me he  puesto tras los cristales a mirar la ciudad en tarde de lluvia. Tiene los ojos tristes y parece vestida de mantilla santafereña cantando en el silencio anécdotas del tiempo viejo.

Hace noche de luna y por el espejo biselado de los salones de las casas viejas, pasan las sombras de los nuestros dentro de un silencio evocatorio.

Me he puesto a mirar de lejos la ciudad y parece que al mediodía sueña y se pone a hacer coronas de gloria con el humo proletario de sus fábricas de sal. La luz pone un manto de claridad sobre la viñeta de su sueño. El aire tiene un sabor de cerezas como aquellas que de niños cogíamos de los brazos dóciles de los árboles de la “Juratena”.   

La luz del alba desaparece los sueños, y un cielo de claridades venturas se asoma ya sobre la vida de Zipaquirá. Los ríos como la historia van al mar, y la sucesión de los años estaban acumulando los laureles para ponerlos en la frente de sus destinos.

El sol de agosto enlaza las banderas tricolores con las banderas blancas y abre las ventanas románticas y las ventanas proletarias porque la ciudad va a recibir el legado de Su Santidad que va a erigir una nueva Diócesis en Colombia, en la cabeza de un esclarecido y santo levita.

El tiempo y el cielo tienen los cabellos dorados como los trigales de los campos que se asoman desde el surco prolífico a ver pasar la procesión que viene de la historia como un río de canto y de bronce. La ciudad se arrodilla y alza sus manos de oración en los árboles y en los campanarios, en el corazón de sus obreros y de sus gentes de ayer y de hoy. Las voces niñas de las campanas del Colegio de La Presentación. La voz abuela de la Capilla de los Dolores, el acento nostálgico de lengua vegetal de los bronces del Asilo de Ancianos, la voz grave de la Catedral elevándose como sus compañeros sobre un paraíso de verdura, de yodo y de sal irán llevando, urbi et orbi, un nuevo mensaje de la paz de Dios, de la paz de la tierra y de la paz de Colombia.

Así sea.

Manuel José Cárdenas Rojas”.  


Texto publicado por la Academia de Historia de Cundinamarca
que compila parte de la obra poética de Manuel José Cárdenas Rojas. 

ZIPAQUIRÁ HISTÓRICA
  
CASTELLANA CIUDAD DE MIS AMORES,
QUE HILAS ENTRE LA RUECA DEL BELEÑO,
EL HUMO DE UN PRETÉRITO RISUEÑO
FORJADO POR EL INDIO EN TUS ALCORES.

CITA DE GLORIA CONVERTIDA EN FLORES,
DONDE FORJÓ LA LIBERTAD SU EMPEÑO,
QUE HIZO LA GLORIA Y SUMERGIÓ SU SUEÑO,
ENTRE EL TEMPLO DE SAL DE SUS DOLORES.

EL GRANADINO, EL GRAN ADELANTADO,
HIZO DE TUS ENTRAÑAS EL DORADO
Y EL ANDE INDIANO SE ACALLÓ EN TU PLAZA.

PORQUE EN NOBLE EVANGELIO PROCLAMASTE,
LA LIBERTAD DE AMÉRICA Y FORJASTE,
EL PAN MORENO Y DURO DE LA RAZA.


LA CAPILLA DE LOS DOLORES

(Publicada con el nombre LA CAPILLA ANTIGUA)
  
RELICARIO DE TIEMPOS COLONIALES,
Y DE PASADAS ÉPOCAS GLORIOSAS,
DÍCEME MÁS EL POLVO DE TUS LOSAS
QUE EL ORNAMENTO DE LAS CATEDRALES

SEMEJAS DE PRETÉRITAS EDADES,
EL SANTUARIO QUE GUARDA VIEJAS COSAS
DE ARMADURAS PESADAS Y MOHOSAS
DE ANTIGUOS CABALLEROS MEDIOVALES.

EL NICHO DE LA VIRGEN DOLOROSA
CON SUS MEJILLAS DE MARCHITA ROSA
YO HE MIRADO EN LAS NOCHES AZULADAS,

CON UN PUÑAL SU CORAZÓN DOLIENTE
UN RAYITO DE LUZ SOBRE SU FRENTE
Y DOS PERLAS DE AMOR CRISTALIZADAS


SOLEDAD DE MI PUEBLO

YO VENÍA AL ENCUENTRO DE MI PUEBLO
Y POR NINGUNA PARTE LO ENCONTRABA
ESTABA EN ÉL Y SIN EMBARGO HUÍA
SU PRESENCIA, SU SOMBRA ENAMORADA.

VEÍA SU SOL, MAS ÉSTE ALUMBRABA,
COMO EN LOS VERDES AÑOS DE LA INFANCIA,
VEÍA SU SOMBRA Y ESTA NO TENÍA,
LA SOMBRA QUE OTRAS SOMBRAS PROLONGARA.

SU AIRE NO ME TRAÍA EL GRAN SECRETO
DE LAS VOCES DE AYER EN LA DISTANCIA,
SUS CALLES NO TENÍAN EL POLVO AÑOSO,
CONVERTIDO EN CENIZA DE LA HISTORIA.

YA NO EXISTEN LOS CHORROS DE LA PILA,
Y LAS CAMPANAS ROTAS SUENAN TRISTE,
SE VOLARON DEL CIELO LAS PALOMAS,
QUE ANTES BAJABAN EN LAS VIEJAS TORRES,
A COMER SAL Y GRANOS EN LA PLAZA.

YA NO EXISTE LA POBRE VIEJECITA
QUE CONTABA DOS CUENTOS POR CENTAVO,
Y POR LAS VERDES TIERRAS ALEDAÑAS
YA NO ACAMPAN DE NUEVO LOS GITANOS.

SOLO EN LA SOLEDAD DE MI PUEBLO YACE
SOLO EN LA SOLEDAD DE MUCHA GENTE,
QUE ME MIRA AL AZAR CUAL FORASTERO,
Y ME OFRECE MARMAJA Y CARAMELO,

NO QUEDÓ NI UNA SOMBRA EN LAS VENTANAS,
NI UNA VOZ DE AMISTAD EN LAS ESQUINAS,
NI UNA COMETA TRAS LOS VERDES MONTES,
NI UN POETA CAZANDO GOLONDRINAS.


EL BOLIVAR DESNUDO DE PEREIRA
 (En el sesquicentenario de la muerte del Libertador)

ERES SIMÓN DE AMÉRICA, NO UN MITO,
DESNUDO ASÍ SOBRE UN ROCÍN CAMPANTE,
QUE RECOGE EL MISTERIO ALUCINANTE,
DEL INDIO, DE LA SELVA Y DE SU RITO.

EL CIELO PUSO SOLES DE INFINITO,
A TUS MORENOS HOMBROS DE GIGANTE,
Y  EL VIENTO ESTREMECIDO Y ULULANTE
TE IZÓ BANDERAS Y EXPANDIÓ TU GRITO.

EL HOMBRE DE LA GLEBA, ARDIENTE, RUDO,
TE MIRA SÍ, COMO SU SER, DESNUDO,
CON SU FIEBRE DE ANGUSTIA, CON SU HAMBRE,

Y TRAS DE SU AGRO, EN TONOS VEGETALES,
TE VE CRUZAR EN NUBES INMORTALES,
Y EN EL SILENCIO TE BENDICE: OH ¡ PADRE.

DOCTOR MANUEL JOSÉ CÁRDENAS ROJAS
ZIPAQUIREÑO INTEGRAL 

martes, 10 de marzo de 2015

SESION CONJUNTA EN NEMOCÓN

EL PASADO SÁBADO 7 DE MARZO, EN LA CASA NATAL DEL PINTOR Y ESCRITOR NEMOCONENSE RICARDO MOROS URBINA, LA ACADEMIA DE HISTORIA DE CUNDINAMARCA Y EL CENTRO DE HISTORIA DE NEMOCÓN, SESIONARON DE MANERA CONJUNTA.

Placa conmemorativa del sesquicentenario del natalicio de Ricardo Moros Urbina
ubicada en las instalaciones de la Biblioteca Municipal en Nemocón que lleva
igualmente el nombre del Pintor. 

Apertura de la sesión por parte del Vicepresidente de la Academia de Historia de Cundinamarca
Doctor Héctor Horacio Chimbí Matíz. 

Como lo habíamos anunciado por este medio, con ocasión del sesquicentenario del natalicio del pintor y escritor nemoconense RICARDO MOROS URBINA, La Academia de Historia de Cundinamarca adelantó una sesión conjunta con el Centro de Historia de Nemocón, en la sede del Instituto Comercial Ruperto Aguilera León, entidad que funciona en la casa natal del pintor.


El acto contó con la asistencia de Doña María Teresa Cuellar, descendiente del pintor y quien exhibió en las instalaciones de la Biblioteca Municipal “Ricardo Moros Urbina”, varios dibujos y cuadros originales del pintor.

Por parte del Centro de Historia de Nemocón, se ubicó tanto en la sede del Instituto Comercial “Ruperto Aguilera León”, como en las instalaciones de la Biblioteca “Ricardo Moros Urbina”, una exposición contentiva de alrededor de ochenta y cinco facsimilares de la obra pictórica del Maestro Moros Urbina.

Placa conmemorativa ubicada por la Academia Colombiana de Historia
en la casa natal de Ricardo Moros Urbina en Nemocón, hace cincuenta años
con ocasión del centenario del natalicio del artista

Igualmente se hizo presente el Patronato Colombiano de Artes y Ciencias en cabeza de su Presidente Doctor David Rubio Rodríguez, quien donó varios textos de literatura y folclor editados por la entidad que preside y junto con la Academia de Historia de Cundinamarca y el Centro de Historia de Nemocón, develaron una placa en homenaje a Moros Urbina en el frontis de la Biblioteca Municipal de Nemocón que lleva el nombre del pintor. 


El discurso de orden de la sesión estuvo a cargo del
Doctor Germán Caballero Herrera.


Desarrollo de la sesión conjunta


Momentos previos a la develación de la placa conmemorativa,
se dirige a los asistentes el Presidente del Centro de Historia de Nemocón
Don Armando Garnica, a su izquierda la Maestra María Teresa Cuellar. 



martes, 3 de marzo de 2015

RICARDO MOROS URBINA, SESQUICENTENARIO DE SU NATALICIO

SESIÓN CONJUNTA DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DE CUNDINAMARCA Y EL CENTRO DE HISTORIA DE NEMOCÓN, CON OCASIÓN DEL SESQUICENTENARIO DEL NATALICIO DEL PINTOR Y ESCRITOR NEMOCONENSE RICARDO MOROS URBINA.


RICARDO MOROS - AUTORETRATO -.


El sábado 7 de marzo, la Academia de Historia de Cundinamarca y el Centro de Historia de Nemocón, adelantarán en dicho municipio, una sesión conjunta sobre las 10:00 de la mañana, en la sede del Instituto Comercial Ruperto Aguilera León, con ocasión de conmemorarse el próximo 27 de marzo,  el sesquicentenario del natalicio del pintor y escritor nemoconense Don Ricardo Moros Urbina, el discurso de orden estará a cargo del Académico de Número y Ex – Presidente del Centro de Historia de Nemocón Doctor Germán Caballero Herrera.


Casa natal de Ricardo Moros Urbina y actual sede del Instituto Comercial Ruperto Aguilera León
recinto en el cual se llevará a cabo la sesión conjunta de la Academia de Historia de Cundinamarca y el
Centro de Historia de Nemocón, el próximo sábado 7 de marzo a las 10:00 de la mañana. 

Ricardo Moros Urbina, nació en el municipio de Nemocón el 27 de marzo de 1865, hijo de Sesáreo de Moros y Teresa Urbina, realizó sus primeros estudios en el colegio que conducía en Nemocón don Ricardo Carrasquilla, posteriormente se desplazó a la capital en donde continúo sus estudios bajo la tutoría del maestro Carrasquilla.  

Moros Urbina es una de las figuras más representativas en el campo del dibujo y la pintura de finales del siglo XIX y comienzos del XX en Colombia, parte de su obra se encuentra condensada a partir del número 33 del papel periódico ilustrado, publicación fundada y dirigida por don Alberto Urdaneta; igualmente es uno de los cofundadores de la Academia Colombiana de Historia en el año de 1902.

Precisamente en el número 99 del papel periódico ilustrado, publicado el 1 de septiembre de 1886, Ricardo Moros Urbina,  escribió un artículo titulado “Algo sobre Nemocón”, el cual ilustró con un excelente dibujo que reproduce la esquina occidental de la plaza de Nemocón, los siguientes son varios apartes del escrito sobre su tierra natal:

ALGO SOBRE NEMOCÓN. A trece leguas de la capital de la República, y á tres de la ciudad de Zipaquirá  en la vía de la carretera que conduce al Estado de Boyacá, y llamada del Noroeste, se halla Nemocón, pacífico y tranquilo rodeado de verdor por la lozanía de sus campos y sembrados, y poseedor de las ricas minas de sal tanto tiempo libremente explotadas por lo naturales.

“La población está graciosamente situada al extremo noreste de la Sabana, en una pequeña ensenada ó estrecho valle, que alegran y fertilizan dos riachuelos afluentes del Bogotá; el viajero lo contempla á lo lejos pintoresca y risueña, medio oculta en un ángulo de los empinados Andes, como si despreciara el espléndido horizonte que le brinda la llanura, para recogerse melancólica en medio de dos hermosas colinas, buscando la paz que le brinda la agreste soledad. Allí ostenta sus casa blancas y agrupadas, semejando mullidas plumas, que contrastan con el verde musgo y parecen un nido de palomas entre las rocas, ó una rosa caída de la corona de una ninfa, y que vino á ser el oportuno adorno en un ángulo de la inmensa alfombra de verdor.   

“…(…)…

“Nemocón significa lamento ó rugido del león; en este pueblo, como en casi todos los de origen indígena, ya no se encuentra la raza pura sino mezclada, y apenar hay individuos en quienes se hallen ó reconozcan algunos rasgos ó facciones propias de los antiguos moradores; no conservan ninguna de sus antiguas tradiciones, y lo mismo se puede decir en cuanto á sus costumbres.

Esquina occidental de la Plaza de Nemocón - Dibujo de Ricardo Moros Urbina
Tomado del Papel Periódico Ilustrado No. 99 de 1 de septiembre de 1886.

“…(…)…

“De los 6,000 habitantes con los que cuenta hoy Nemocón, una tercera parte vive del laboreo de las minas de sal, de cal y carbón, y de su comercio; el resto, casi en su totalidad, vive de la agricultura y cría de ganados, para la cual es de notarse la excelencia de sus pastos.

“Las minas de sal explotadas por el Gobierno, producen un término medio de 800,000 kilogramos al año, que vienen á ser una renta anual de cerca de $ 100.000, como se verá por lo que produjo en años pasados.

“…(…)…

“A más de sus minas, posee este pueblo una buena iglesia recientemente construída, varios paseos públicos, entre ellos el de la quinta y jardín de Aposentos, y las rocas de Suesca, en el vecino pueblo de este nombre.

“Tiene también aguas termales; y hacia su lado oriental suelen encontrarse algunas esmeraldas. Como este pueblo ocupaba un gran puesto en la Nación Muisca como plaza comercial, eran muchas las gentes que desde distintos y lejanos puntos acudían allí en consecución de sal, que cambiaban por mantas de algodón, tejidos de plumas, algún oro y esmeraldas.


Don Ricardo Moros Urbina. 

“…(…)…

“Pronto éste, como tantos otros pueblos, saldrá de ese mortal letargo en que los ha sumido nuestras odiosas guerras fratricidas, pues el nuevo sistema político nos brinda un horizonte sereno y tranquilo para la sociedad, y de paz y progreso para toda Colombia. Estemos seguros de que Nemocón es uno de los primeros en aprovecharse de los beneficios de la paz, y que progresará por sus riquezas naturales y por el carácter de sus moradores laboriosos y honrados.

“El grabado que aparece en este número representa la esquina occidental de la plaza.

Ricardo Moros.
Bogotá, Marzo de 1886”.   (Fin del texto).