PATRIMONIO ZIPAQUIREÑO
Luis
Hernando Campos Martínez
Centro
de Historia de Zipaquirá
En
agosto 2 de 1816[1] llegaban a la Villa de Zipaquirá - como
se denominaba a nuestra ciudad desde septiembre 6 de 1810, cuando por Decreto
de la Junta de Santa Fe se le erigió como Villa y se le facultó para darse
Escudo de Armas y elegir Cabildo - seis hombres quienes venían conducidos del
Colegio Mayor del Rosario en la Ciudad de Santa Fe luego de haber sido
encarcelados en esta institución y condenados a muerte por don Pablo Morillo
Morillo, quien venía ejecutando estas acciones en su campaña de recuperación de
las colonias españolas en América.
Estos
seis hombres habían sido juzgados por participar y colaborar en actos en contra
de la Corona Española. Sus nombres eran Agustín Zapata, Francisco Carate, Luis Sarache,
José Luis Gómez, José María Riaño Cortés y Juan Nepomuceno Quiguarana Peñalosa.
Al llegar ese 2 de agosto a Zipaquirá fueron puestos en capilla o sitio de
espera en uno de los locales de la casa ubicada en el costado occidental de la
plaza principal, hoy conocida como Casa Obispal, corresponde a la carrera 7ª. No. 4-35
de la actual nomenclatura, donde funciona el Almacén Sensación; al lado derecho
funcionó el Banco de Zipaquirá, en 1881, carrera 7ª. No. 4-27.
Al día siguiente son fusilados en la plaza principal,
frente a la casa del Convento de los Franciscanos, ubicada en el costado norte,
hoy en día oficinas de la Curia Episcopal o Curia Diocesana de Zipaquirá, calle
5ª. No. 7-20. Desde ese momento se convierten en Íconos de la Historia Zipaquireña
y aporte a la causa de la independencia.
Los únicos recuerdos fehacientes de estos luctuosos
hechos son: los restos ubicados en el antiguo Bautisterio de la Catedral
Diocesana en un monumento para tal fin desde agosto 3 de 1979 por Decreto de
Monseñor RUBÉN BUITRAGO TRUJILLO, Obispo de la Diócesis de Zipaquirá. La
Partida de Defunción del Libro de Entierros Número 3 de 1804 a 1817, Folio
98v., firmada por el Padre PEDRO JOSEF NIETO. La Puerta del local donde
estuvieron confinados antes de su fusilamiento.
LA PUERTA DE LOS SEIS MÁRTIRES ZIPAQUIREÑOS FOTOGRAFÌA TOMADA EN LOS AÑOS 50 DEL SIGLO XX |
Con
el paso de los años y debido a las celebraciones del 20 de julio se fue
fortaleciendo en todos los pueblos de nuestro país el interés por recordar y
relievar los personajes y hechos que con la causa libertaria tuvieron que ver
en sus territorios. Es así como en el año de 1872 debido a estas celebraciones
en nuestra ciudad, don Epifanio Wiésner - quien en el año de 1908 fuera
designado Presidente del Centro de Historia de Quesada - desempolvó la historia
del lugar que sirvió de Capilla a los Seis Mártires Zipaquireños. Así nacía el
culto e importancia de esta Puerta que al lado de la partida de defunción de
los Seis Mártires Zipaquireños se convierten en los elementos materiales más
importantes que corroboran este hecho.
Hasta
el año de 1916, cuando por el Acuerdo No. 6 del 26 de julio se declara el 3 de
Agosto Día Clásico del Municipio de Zipaquirá, la Puerta de los Mártires era
referente obligado para llevar a cabo las celebraciones del 20 de julio en nuestro
municipio; prueba de ello y con ocasión de conmemorar el Bicentenario de la
Independencia Nacional, quiero transcribir una nota periodística titulada
"Breve Reseña", la cual fue publicada en un periódico zipaquireño el
30 de julio de 1907, donde un personaje bajo el seudónimo de "Un
Criollo", nos relata un aparte de la celebración de los 97 años de la
Independencia en Zipaquirá, el apoyo brindado por el Concejo Municipal a estos
actos y la admiración y respeto que se rendía a la Puerta de los Mártires.
"Breve Reseña
“El 19 por la noche se reunió esta honorable
corporación y acordó un programa para el día siguiente, sencillo, pero oportuno
y elocuente.
A las 7
de la
mañana del glorioso día fue colocada en todas las habitaciones la bandera
nacional; un grupo numeroso de curiosos, casi todos niños, se agrupaba en los
umbrales de la oficina del Dr. Abraham González y leía algo con ansiedad;
deseoso de saber qué fuese aquello, me acerqué; una vetusta y mal pintada
puerta, agujerada en la parte superior y de dimensiones respetables exhibía,
incrustada en ella una placa de cobre que decía: ‘Pertenecía esta puerta al lugar que sirvió de capilla a los señores D.
Agustín Zapata, Luis Sarache, Luis Gómez, José María Riaño, Francisco Carate y
Juan Nepomuceno Quiguarana, zipaquireños que por su amor a la patria fueron
sacrificados en esta ciudad el 3 de agosto de 1816. A solicitud del Concejo
Municipal de 1887, la cedió gratuitamente su dueño, el Sr. Ramón Castro. Queda
confiada su conservación á la respetuosa gratitud de los zipaquireños.
Zipaquirá, octubre de 1887’. Una cortina formada con rosetas de los colores
nacionales, dos gruesos festones de musgos y algunas coronas le formaban un
marco apropiado. A la derecha de aquella prenda histórica, colocada en
improvisado monumento, una mesa iba á prestar el servicio de tribuna.
El Señor Alcalde mandó iluminar el 19 por la noche é
izar el pabellón patrio todo el día 20, se sabía que él tenía en prensa una
buena alocución y que había más de un cachaco dispuesto á brindar por nuestros
libertadores; sin embargo, esto era poco y se hacía indispensable levantar el
espíritu patriótico de los que vegetamos en la ciudad de la sal.
Afortunadamente hay en ella un elemento, actualmente,
que presta eficaz y decidido apoyo á todo lo que se relaciona con la Patria,
con el Departamento y con Zipaquirá. Este el Consejo (sic) Municipal, y
perdonen los caballeros que lo forman si tenemos que hacerles ruborizar con su
modestia.
Un Criollo”.
Descripción de la Puerta
Puerta en madera de excelente calidad, ya que sin
haber constancia de recibir algún tratamiento especial se conserva en
condiciones aceptables, un poco deteriorada en su base de la parte izquierda, a
pesar de sus 129 años de transcurrir de un lado a otro y muchos más de haber
sido hecha. Tiene una altura de 2,10 metros y un ancho de 1,55 metros. Está
montada sobre dos largueros laterales con clavos de hierro en forma de
armellas. Consta de dos hojas. Por la parte posterior tiene ocho travesaños a
los cuales van adheridas con clavos las seis tablas de frente. Posee una aldaba
de hierro forjado en el centro. En la parte superior izquierda tiene una
abertura cuadrada en forma de ventana de veinte centímetros. Más
arriba y al lado del borde izquierdo está la placa que habla de su donación y
lo mártires.2 Se encuentra en su estado natural sin ninguna clase de
pintura y con el deterioro normal. Carece del travesaño superior e inferior. Le falta también el pasador principal y en
diálogo con el Maestro Jaime Cardona Orozco manifestó tenerlo guardado para
colocarlo en el lugar respectivo.
LA PUERTA DE LOS MÁRTIRES 1999 - 2000 |
Itinerario de esta Reliquia Histórica
Difícil propósito hacer un seguimiento pormenorizado
de los sitios donde ha estado este Ícono Histórico. Trataré de reseñar los que
según los historiadores y versiones orales logré recoger.
En
la sesión del 23 de septiembre de 1887, siendo Concejal don Luis Orjuela
Zamudio presentó la siguiente proposición que el Concejo aprobó: “En memoria de los patriotas
sacrificados el 3 de agosto de 1816 señores D. Agustín Zapata, Luis Sarache,
Luis Gómez, José María Riaño, Francisco Carate y Juan Nepomuceno Quiguarana, el
Concejo Municipal de Zipaquirá se hace el deber de conservar la puerta del
local que les sirvió de capilla, a la izquierda del portón de la casa
perteneciente hoy al Señor Eusebio Bernal, hacia la mitad del costado
occidental de la plaza. En consecuencia diríjase invitación solícita y
respetuosa al actual dueño de dicho local Sr. Ramón Castro para que ahora que
ha dispuesto variar la expresada puerta, se sirva manifestar en qué términos
convendría en ceder a título oneroso o gratuito. Obtenida que sea esta Reliquia
Histórica se la conservará en la pieza destinada a la Biblioteca al lado de la
sala municipal con la siguiente inscripción: ‘Pertenecía esta puerta al lugar
que sirvió de capilla a los señores D. Agustín Zapata, Luis Sarache, Luis
Gómez, José María Riaño, Francisco Carate y Juan Nepomuceno Quiguarana,
zipaquireños que por su amor a la patria fueron sacrificados en esta ciudad el
3 de agosto de 1816’. A solicitud del Concejo Municipal de 1887, la cedió
gratuitamente su dueño, el Sr Ramón Castro. Queda confiada su conservación á la
respetuosa gratitud de los zipaquireños. Zipaquirá, octubre de 1887[2].
”
Cumpliendo el mandato del Concejo Municipal, pasó a la
Casa del Corregimiento, construida en 1782 por don Cristóbal Morales. Luego
Casa del Cabildo, anotando que no se llevó a cabo el sitio de destinación de
ella en la biblioteca, ya que en el año de 1894, siete años después de ser trasladada,
en sesión del 20 de julio el Concejal Pedro M. Ortiz presentó una proposición
que fue aprobada unánimemente y manifestaba:
“Solicitase
del señor Alcalde Municipal el cambio de la puerta que hoy existe en la parte
interior de la cárcel de mujeres y que por ser un objeto histórico, puesto que
era la que cerraba la pieza que sirvió de capilla a los mártires zipaquireños
que fueron fusilados el 3 de agosto de 1816, debe conservarse en un sitio donde
pueda ser respetada, por otra que se colocará inmediatamente que sea posible en
el lugar indicado”. El mismo Historiador Zipaquireño Luis Orjuela Zamudio afirma
que en 1894 la puerta fue en principio habilitada para cárcel de mujeres. Esta
cárcel que se menciona funcionaba en la Casa del Cabildo.
En septiembre
22 de 1894. En
“El Estudio” Periódico Literario,
Industrial, Noticioso y de Variedades y Avisos. Director Ángel M. Aranza.
Página 54 se lee: “Reliquia Histórica:
Vemos con satisfacción que el Concejo Municipal ha hecho quitar de la cárcel de
mujeres, la puerta que tuvo el local destinado para Capilla de los Mártires
Zipaquireños del año de 1816, y que ha sido trasladada a la sala municipal para
su custodia. De reliquias y curiosidades históricas se componen los museos, y
principio quieren las cosas.” Periódico suministrado por Don Hernando
Ernesto Campos García, Presidente del Centro de Historia de Zipaquirá, y
Secretario de la Academia de Historia de Cundinamarca.
La propuesta presentada al Alcalde Municipal se
cumplió y la puerta se trasladó a otro lugar de esta casa como nos lo hace ver
el Maestro Guillermo Quevedo Zornoza en su escrito de junio de 1916 titulado
"Los Mártires Zipaquireños", donde menciona: "Sirvió de capilla
el local número 130 de la plaza principal. La puerta bajo cuyos gruesos cerrojos
aquellos seis corazones dieron sus últimos latidos, se encuentra hoy empotrada
en la pared que divide el corredor alto del edificio de las cárceles."
El primer lugar a donde fue trasladada la puerta fue
demolido en 1927 y en el mismo sitio ese año se inició la construcción del
actual Palacio Municipal, terminado en 1929; al ser inaugurado en este año el
nuevo palacio, permaneció en las instalaciones del Concejo Municipal.
No se conocen documentos que certifiquen el lugar a
donde fue traslada la puerta durante los años en que se construyera el actual
Palacio Municipal, sólo se sabe que las instalaciones del Cabildo que
funcionaran en el misma edificación donde estuvo en un principio la puerta, se
trasladaron a la casa ubicada en el costado occidental de la plaza principal y
que al día de hoy lleva la nomenclatura Calle 5a. No. 6 - 67, la
cual fuera también sede de la Gobernación Provincial y casa que habitó don José
Acevedo y Gómez durante el tiempo en que fue Corregidor de Zipaquirá
(1813-1814).
Tomando como referencia el hecho mencionado atrás en
donde se expresa que al ser inaugurado en 1929 el Palacio Municipal se llevó a
las instalaciones del Concejo esta Reliquia Histórica; y el interés de los
cabildantes de aquel entonces por la conservación de la puerta, ésta pudo
también estar en la casa donde funcionó el Cabildo en los años veinte.
Por informes del Licenciado José Manuel Rodríguez Gómez, manifestó que en el año de 1967,
siendo alcalde Fidel Torres González,
más conocido con el seudónimo de "Mario
Ibero", la puerta estuvo en la Casa Cural o de los Franciscanos, donde
actualmente funcionan las oficinas de la curia, arriba de la Catedral, y allí
se retomó como imagen o ícono representativo de la historia. También agrega que
la trasladaban para actos patrióticos en la época de Miguel Hernando Rozo Malagón. El señor Rozo Malagón hizo parte desde el año de 1971 de la Junta de
Festejos Patrios que se constituía en Zipaquirá para la conmemoración del Tres
de Agosto y luego de extinguida esta Junta continuó colaborando hasta
aproximadamente un año antes de su fallecimiento ocurrido en 1993.
De igual manera comentó don Israel Valbuena Rojas, quien fue mayordomo de la Casa de la Cultura
"Arturo Wágner", que la Puerta de los Mártires estuvo allí desde 1965
hasta 1993. Se ubicó en el segundo piso a la entrada de la biblioteca. Él le hizo limpieza y
ajustes colocándole algunos clavos.
Doña Gloria
María Pulido Rueda, Bibliotecaria de la Casa de la Cultura y Exsecretaria
del Centro de Historia de Zipaquirá, manifestó que esta puerta estuvo en el
salón de danzas que se encuentra ubicado en el primer piso a comienzo de la
década de los noventa.
A la Casa de la Cultura "Arturo Wágner" nos remite don Roberto Velandia Rodríguez, en la página 2718 del Tomo V de su
Enciclopedia Histórica de Cundinamarca: "No habiéndose encontrado lugar
para guardarla debidamente, hace unos años fue a parar a la Casa de la Cultura,
donde actualmente diciembre de 1980 se halla."
Otro hecho que nos comprueba uno más de los sitios y año
respectivo que hizo parte del itinerario de la puerta en la misma Casa de la
Cultura "Arturo Wágner",
lo encontramos en el registro de audio de las sesiones de la Academia de
Historia de Cundinamarca en donde en sesión del 2 de noviembre de 1985, presidida
por don Roberto Velandia Rodríguez y
en la cual se preparaban los aspectos respectivos para el homenaje a su
Cofundador y Presidente por muchos años de la Academia doctor Manuel José Cárdenas Rojas y
presentación oficial de su Libro de Poemas: “Del Hontanar Zipaquireño”, el
presidente menciona "que para tal ocasión se debe poner más vistosa la
Puerta de los Mártires porque es una Reliquia Histórica, un Tesoro"; de
acuerdo con lo anterior y tomando como base que la Academia de Historia de Cundinamarca
tenía por sede la Casa de la Cultura "Arturo Wágner" y sesionaba en
el salón del segundo piso que hoy en día sirve como sala para diferentes
actividades, entre ellas se adelantó la "Velada Cultural la Voz y el
Signo" de don Segundo Benjamín
Corredor Blanco, se deduce que al poco tiempo de ser llevada a la Casa de
la Cultura y constituida oficialmente la Academia de Historia en el año 1969,
se le trasladó del lugar que menciona el señor Valbuena Rojas a la Sala de Sesiones de la Academia.
Finalizado el itinerario de la puerta en la Casa de la
Cultura "Arturo Wágner" y
analizando los datos recopilados de información documental como comentarios de
varias personas, se puede manifestar que la llegada de la puerta a esta
institución se produjo al poco tiempo de su fundación, la cual data del año
1962; lo anterior teniendo como base el objetivo principal de la Casa de la
Cultura y el interés de sus fundadores por la Historia de Zipaquirá y su
estudio. Así pues se calcula el tiempo de permanencia allí en 30 años.
En diálogo con don Enrique Triviño, alcalde de la ciudad en el periodo comprendido
entre 1993 - 1995, expresó que en
1993 se trasladó la Puerta de los Mártires de la Casa de la Cultura "Arturo Wágner" al Despacho de la
Alcaldía con el fin de recuperarla y darle el valor histórico que merecía y le
mandó hacer una urna con base en madera y cubierta en vidrio para su perfecta
visualización, custodia y protección. Personalmente la vi en el referido
despacho. Corroboró la versión del alcalde don Juan Ramón Angarita Espinosa, concejal de la época, quien argumentó
que se constituyó la Logia de la Puerta
de los Mártires, integrada por el Maestro Antonio Frío (Antonio Adarme
Galvis), quien diseño la urna; Germán
García García, Presidente del Concejo; Jorge
Enrique González Garnica, Secretario General del Concejo; y él. El ebanista
fue el señor Alberto Castro. La
misma tenía una placa metálica que reseñaba tal hecho.
En la administración de don Luis Femando Contreras Romero, 1995
- 1997, la puerta se trasladó a la casa que posteriormente sería sede del
Instituto de Cultura, Turismo y Recreación de Zipaquirá, ubicada en la carrera
7a. No. 1-31. Este traslado fue corroborado por don Javier Anzola Rojas, exconcejal de la
ciudad, quien aseveró que con don Guido
Augusto Colmenares Navia, igualmente exconcejal, trataron de recuperarla
para lo cual propusieron crear un Grupo de Defensa del Patrimonio Histórico de
Zipaquirá, idea que no se pudo cristalizar.
Para el año de 1998, siendo alcalde el Ingeniero Carlos Guillermo Rojas Wiésner; y
Director del Instituto de Cultura, Turismo y Recreación de Zipaquirá el
Licenciado José Manuel Rodríguez Gómez,
quien puso a funcionar las oficinas del Instituto en la casa de la carrera 7a.
No. 1-31 propiedad de la Gobernación de Cundinamarca y entregada
en comodato a la ciudad, encontró la puerta botada en el primer piso y la
recuperó y ubicó en el segundo piso al lado derecho de la entrada a la
Biblioteca Municipal "Eduardo
Castillo" que para aquel entonces funcionaba en esta casa. Es de
resaltar que la puerta no tenía la urna que se le colocara cinco años atrás.
Allí la vi personalmente allí y con José
Manuel Rodríguez Gómez le
tomamos fotos.
En la reestructuración administrativa llevada a cabo
en la alcaldía de Éverth Bustamante
García (2001 - 2003), por
Decreto Número 162 del 2001 (septiembre 26) se liquidó el Instituto de Cultura,
Turismo y Recreación de Zipaquirá y se creó la Oficina de Cultura dependiente
de la Gerencia de Desarrollo Social, sus oficinas se trasladaron al Palacio
Municipal y la Biblioteca Municipal "Eduardo
Castillo" se ubicó en una de las oficinas del Palacio de la
Administración General de Salinas. La puerta fue dejada abandonada allí.
La casa del liquidado Instituto pasó a ser la sede del
Programa de Música de la Universidad de Cundinamarca; al instalarse allí este
programa su Director el Maestro Jaime
Cardona Orozco encontró abandonada la puerta y por la placa que refiere lo
de los Mártires Zipaquireños reconoció su valor histórico y rescató para la
posteridad esta reliquia y testiga muda de las últimas horas de vida de estos
mártires. El Maestro Jaime Cardona
Orozco la recuperó y ubicó en una urna de cristal diseñada por él y la
empotró en un muro de dicha edificación, localizado en un pasillo al lado
izquierdo del primer piso. Al lado derecho de la puerta se instalaron las
banderas de Colombia, Cundinamarca y Zipaquirá y a su lado izquierdo se colocó
un placa en piedra que reza así: "La Alcaldía Municipal de Zipaquirá
entroniza para Honor y Gloria de los Mártires Zipaquireños esta Reliquia
Histórica como testimonio de gratitud y admiración al sacrificio por la
independencia de nuestra patria, agosto 3 del 2003". Desde la colocación
de la Puerta de los Mártires en uno de los muros de esta casa, se han realizado
varios actos en homenaje a los Mártires Zipaquireños en su día el Tres de
Agosto.
En la actualidad año 2016, Bicentenario del
Sacrificio de los Seis Mártires Zipaquireños, la Puerta de los Mártires
Zipaquireños se encuentra a buen recaudo en la Casa Museo Guillermo Quevedo
Zornoza, calle 3ª. No. 7-69, Barrio El Centro por determinación tomada en la
Administración Municipal de Marco Tulio
Sánchez Gómez.
Reflexiones
La Puerta como elemento que fue parte de la naturaleza
viviente cuando era un árbol se transforma en Símbolo Histórico y de Identidad,
uniendo sentimientos patrióticos desde 1816 hasta nuestros días. Esta Puerta
fue elemento de seguridad para quienes utilizaban este sitio como lugar de trabajo.
Pero también tuvo la connotación de represión al ser parte constitutiva del
lugar que sirvió de Capilla o sitio de espera para quienes iban a ser
sacrificados por atreverse a considerar que si los hombres nacen libres ante
Dios, deben permanecer libres ante sus semejantes y sin ningún tipo de
opresión. Allí la puerta tomó doble significación parecida al signo lingüístico
que tiene significado y significante, según los filólogos y lingüistas. O ser
las dos caras de la misma moneda según el común de la gente. Hacia el interior
adquirió el significado de injusticia, maltrato, represión, tortura y muerte.
Hacia el exterior el mensaje debió ser y ha de seguir siendo libertad,
justicia, sosiego, tranquilidad, paz y vida.
La "ventana" que allí se abrió para que los
retenidos pudiesen comunicarse con el exterior o tal vez airear y darle
claridad al lugar fue la luz de esperanza, ese aliento de vida, el faro en las
tinieblas. Faro que siempre necesitamos para encaminar y orientar nuestras
acciones, metas, trabajos y sacrificios por la patria.
Acciones y Compromisos
Velando por la conservación para la eternidad de esta
Reliquia Histórica desde el Centro de Historia de Zipaquirá y cumpliendo con
los objetivos que lo regentan se han realizado estas acciones:
Por iniciativa del Maestro JAIME
CARDONA OROZCO, quien siendo de la culta y bella ciudad de Manizales, Caldas, tiene un
ferviente amor por la Ciudad del Oro Blanco, se hizo la RESEÑA
HISTÓRICA DE LA PUERTA DE LOS SEIS MÁRTIRES ZIPAQUIREÑOS para ubicarla en su monumento
y no permitir que se convierta en la puerta del abandono y la ignominia.
Motivar al Concejo Municipal para que desde allí se
pueda proyectar y ejecutar un Acuerdo que como los dos producidos en el siglo
XIX por esta Corporación propenda por la conservación de este Ícono Histórico.
Esta labor se adelantó por el Concejal Carlos
José Trinidad Martínez Moreno al presentar un Proyecto de Acuerdo en abril
8 de 2008, el cual no tuvo la
acogida por parte del Concejo Municipal.
Difundir por las diferentes instituciones educativas y
la ciudad en general la historia e importancia de la Puerta de los Seis
Mártires Zipaquireños. Que se está haciendo actualmente con el Concurso de
Poesía y Cuento Histórico: “Los Mártires
Zipaquireños son mi Inspiración” que organiza el Centro de Historia de
Zipaquirá con el apoyo del Patronato Colombiano de Artes y Ciencias más el
acompañamiento de la Alcaldía de Zipaquirá a través de la Secretaría de Educación.
Dentro de la Cátedra de Zipaquirá institucionalizada y
difundida por el Centro de Historia de Zipaquirá, desde 2004, incluimos un Capítulo denominado “TRAS LAS HUELLAS DE LOS SEIS MÁRTIRES ZIPAQUIREÑOS” para investigar
y recibir toda la información pertinente que nos ayude a conocer más a fondo
datos, fechas, nombres completos y hechos relacionados con estos Ilustres
Zipaquireños.
Quiero finalizar tomando una referencia del padre ROBERTO MARÍA TISNÉS JIMÉNEZ, en su
libro Capítulos de Historia Zipaquireña, quien viniendo de las montañas
antioqueñas de su nativa Sonsón encuentra en la Hidalga Zipaquirá su segunda
patria chica: "TAL EL FIN DE ESTOS
APUNTES HISTÓRICOS. COMO NO LOS REPUTAMOS COMPLETOS Y DEFINITIVOS, AGRADECEMOS
DE ANTEMANO TODA RECTIFICACIÓN O NUEVO DATO QUE SE NOS QUIERA PROPORCIONAR Y
ADELANTAMOS A LOS QUE TAL HICIERAN NUESTROS MÁS RENDIDOS AGRADECIMIENTOS”. Palabras que con el debido
respeto quiero hacer también mías en relación con este minúsculo aporte a la
historia de mi amada ciudad.
Conclusiones
La
Puerta de los Seis Mártires Zipaquireños, trashumante, solitaria, abandonada y
despreciada por fin ha encontrado su sagrado y merecido altar histórico de la
patria, gracias a un manizalita, hijo adoptivo de Zipaquirá, quien la recuperó.
Luego hubo la voluntad de la Administración Municipal de Marco Tulio Sánchez
Gómez de ubicarla en la Casa Museo Guillermo Quevedo Zornoza donde está a buen
recaudo pero se sigue insistiendo que por Acuerdo Municipal donde sólo se
requiere voluntad y determinación política hacerle el tratamiento necesario
para la conservación, lucimiento y perpetuidad; empotrándola en la Fachada de
la Casa Obispal al lado de donde estuvo ubicada como Puerta de la Capilla o
Sitio de Espera por tres días, según Guillermo Quevedo Zornoza, de los Seis
Mártires Zipaquireños antes de su fusilamiento en aras de nuestra libertad.
Allí queda a la vista del Pueblo Zipaquireño y del público en general. ¡Dios
quiera que así sea para Gloria, Honor y Respeto a su Memoria!
[1]
En el Boletín Municipal de
agosto 7 de 1936, páginas 3 y 4, el Maestro Guillermo Quevedo Zornoza comenta
que “(…)El Consejo de Guerra fue rápido: se les puso en capilla, (en un local
de la plaza de Zipaquirá, y tres días después, (el 3 de agosto de 1816), bajo
el mismo sol que habría de contemplar tres años después el hermoso desquite de
Boyacá, caían para siempre, acribillados por las balas de un poder que con
tales actos apresuraba su fatal hundimiento.” Lo que deduce que llegaron a
Zipaquirá en julio 31 de 1816. Lo mismo la abertura de la “ventana” que no
sería para un solo día.
[2]
Esta placa según las fotografías existentes fue reubicada para colocarla en la
parte superior izquierda.
quien fue francisco carate
ResponderBorrar