La
primera República (1810 – 1816), finaliza con la acción de reconquista liderada
por el Imperio español y encabezada por el General – Pacificador Pablo Morillo.
Luego del grito de Independencia del 20 de julio de 1810, es necesario recordar
como los dirigentes de la naciente República – hoy colombiana –, no fueron
capaces de consolidar un Estado fuerte y unitario, cumpliéndose así los vaticinios
divulgados desde 1811, por Antonio Nariño a través de su periódico La
Bagatela; recordemos como en su Bagatela No. 11 del jueves 19 de septiembre, el
Precursor señalaba: “Abramos por Dios los
ojos¡ la hora ha llegado: nuestra ruina es irresistible si no nos unimos, sino
deponemos todas las miras personales, todos los resentimientos pueriles, y
sobre todo, esta apatía, esta confianza estúpida, esta inacción tan perjudicial
en momentos tan críticos. Que el fuego sagrado de la Patria penetre nuestros
corazones: y la inflame con la justicia de nuestra causa, y los riesgos que nos
amenazan; que no haya más que un sentimiento, un fin: que no se conozcan más
distinciones de Patria, de profesiones para defender nuestra libertad, que el
de Ciudadanos de Cundinamarca; y finalmente que no se oiga más que una sola
voz: Salvar la Patria o Morir”.
Luego
de librarse una guerra civil entre los partidarios del centralismo y el
federalismo y con ocasión de la partida de Nariño a la campaña del sur en donde
es vencido y tomado prisionero en Pasto para luego ser remitido en calidad de
preso a España, Cundinamarca es ocupada en 1814 por Bolívar, obligada a
capitular y reconocer el Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada;
al paso que se trataba por fin de consolidar un poder ejecutivo fuerte en
cabeza de Camilo Torres Tenorio, para el año 1816 el avance de las tropas
españolas en cabeza del Pacificador Pablo Morillo hacia Santafé era inevitable,
es así como el 4 de mayo de 1816 EN ZIPAQUIRÁ, el Comandante General Miguel de
la Torre haciendo uso del mando del ejército oriental del Magdalena que le
confió Morillo, hizo participes a los revolucionarios de un último indulto el
cual tituló: “AMERICANOS” y que fuera impreso el lunes 6 de mayo de 1816 en
Santafé de Bogotá en la imprenta de D.B. Espinosa, Por Nicomedes Lora.
Entre
otros de los beneficios que se consignaban en dicho indulto, tenemos el siguiente: “Los Esclavos que aseguren y presenten algún
Cabecilla ó Xefe revolucionario á quien pertenezcan, se les concederá su
Libertad, una gratificación pecuniaria; y además serán condecorados conforme al
mérito que contraigan en la prisión del sugeto” (se respeta la ortografía de la
época).
Meses
después eran arcabuceados y/o decapitados en Santafé de Bogotá, entre otros,
Jorge Tadeo Lozano, Camilo Torres Tenorio; Francisco José de Caldas y el 3 de
agosto en Zipaquirá don Agustín Zapata al lado de cinco patriotas más.
UN ORIGINAL DEL INDULTO DE MIGUEL
DE LA TORRE ENTRA HACER PARTE DEL
ARCHIVO DEL CENTRO DE HISTORIA DE ZIPAQUIRA
En
hora buena y gracias a la labor llevada a cabo por la Sociedad Numismática de
Colombia, entidad de carácter privado que periódicamente realiza dispersiones
en donde se ofrecen documentos, libros, monedas y billetes antiguos, el Centro
de Historia de Zipaquirá, adquirió para que entrara hacer parte de su
archivo histórico un original de la impresión del indulto expedido por Miguel
de la Torre el 4 de mayo de 1816 en Zipaquirá.
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